Ahora se acercan a darme la razón quienes antes me repudiaban por ser opositor

Acto de repudio

Era muy normal ver a personas que dominadas por las manipulaciones del régimen por medio de su aparato intimidatorio-represivo agredían con desprecio y odio a otros cubanos por el simple hecho de pensar diferente.  El repertorio de abusos incluía acciones vandálicas y deshonestas contra quienes defendieran los derechos humanos o intentaran irse del país. Una parte de la población que se prestaba a participar en tales hechos ha ido comprendiendo que quienes nos oponemos al sistema no estamos en el error.  Hace varios días, mientras hablaba con algunas personas realmente me asombré porque todos coincidían en su cambio de parecer respecto al régimen. Personalmente he vivido la agradable experiencia que ahora se acercan a darme la razón quienes antes me repudiaban por ser opositor. Uno de ellos tuvo la franqueza de decirme “antes pensaba diferente y hasta lo critiqué personalmente, pero me he dado cuenta que el error no son ustedes, sino el sistema, me he convencido de que el verdadero enemigo que tenemos los cubanos es el mismo PCC y su sistema de gobierno…y esta crisis que atravesamos actualmente me lo confirman aún más”.

 

Los atropellos y la agresión no han desaparecido pero ya los órganos represivos no pueden contar con el silencio o la complicidad como antes.  La gente se ha dado cuenta de la manipulación, incapacidad e inoperancia del Partido Comunista de Cuba (PCC).  El castrismo, que se ha “disfrazado de buen gobierno” por mucho tiempo, ha perdido su ropaje.  Las personas ven claramente la alta dosis de hipocresía y de falsedad que hay detrás de la dominación mediática y la represión.

 

A la dictadura el monopolio de los medios de comunicación no le ha servido para convencer al pueblo de que la pandemia que sufre está bien manejada y que el hambre que padecemos los cubanos es el resultado del enemigo “imperialista”. Cuando el gobierno avasalla, multa y se apropia de las cosechas de los campesinos para venderlas al doble de lo que ellos la venden al pueblo, la injusticia y la corrupción quedan al descubierto.

 

La pandemia se ha vuelto el peor enemigo del régimen.  Los cubanos han abierto los ojos y han comprendido que el desgobierno ha convertido a nuestra nación en un país prácticamente marginado y sumergido en la miseria material y humana. Hemos pasado de padecer la pobreza a vivir en la pobreza extrema.

 

Por Jesús Silva Gala*

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La Nueva República

* dirigente del CID en Pinar del Río

CubaCID.org

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