Carlos Raimundo Becerra citado a una sesión de agresión y de meter miedo hoy a las tres de la tarde

Carlos Raimundo Rodríguez Becerra, miembro del Partido Cuba Independiente y Democrática (CID), ha sido citado hoy miércoles a las 3 de la tarde a la quinta estación por el esbirro conocido como “Carlos”. Estaremos al tanto, dentro y fuera de Cuba, para un ejercicio más de agresión y de meter miedo. Los represores del castrismo no acaban de darse cuenta que cuando la dictadura se acabe ellos no tendrán los millones de dólares para huir de Cuba como harán la cúpula de cómplices de la tiranía. Los esbirros que dan golpes, amenazan con prisión y meten miedo tendrán que enfrentarse a la ira del pueblo, a la de sus víctimas y con suerte a la justicia de los tribunales. Así sucedió cuando la dictadura de Batista se fue a pique. Los policías abusadores y asesinos tuvieron que rendir cuentas. ¡Esto es una advertencia! Quien agreda a un miembro del CID pagará las consecuencias en Cuba o donde se encuentre.

Carlos Raimundo Becerra no está solo y no lo estuvo el viernes 31 de julio cuando se encontraba en una una cola en la tienda TRD «El Alba». Allí Carlos reclamó la falta de respeto de las empleadas y empleados que se dedican a colar a sus amistades recibiendo dinero por esto. Los esbirros en lugar de hacer caso del reclamo como era su obligación se lo llevaron detenido para la 5ta unidad de la policía represiva. Una vez allí fue amenazado por el esbirro de la inseguridad del estado que se hace llamar “Efraín”. Según contó Rodríguez Becerra, este lacayo lo amenazó con llevarlo a prisión por desacato.

Una vez más queda demostrado que en Cuba es delito reclamar derechos y decir la verdad. La represión en lugar de fortalecer la dictadura la debilita, los tiempos del temor del pueblo ya están en sus finales. Hay indignación en la gente por el hambre y por los abusos. Al CID la represión lo fortalece, las amenazas nos hacen más fuerte y como en toda revolución la agresión nos une ante el pueblo. Al Comandante Huber Matos lo encarcelaron injustamente por dos décadas y no lo pudieron arrodillar y hoy miles de miles de cubanos lo admiramos y lo seguimos.