«Sin un cambio político radical que lleve un cambio del sistema económico y una gestión transparente a nivel macroeconómico, cualquier hueco financiero que se le habrá al gobierno cubano, servirá para hacerlos más ricos mientras que el pueblo (como actualmente) seguirá viviendo de las migajas permitidas de la limosna que las familias cubanas envían a los suyos». Francisco Condis y Troyano
Estimado compatriota:
Desde que llegaste a tierras de libertad has denunciado dos temas con mucha vehemencia:
- La ferocidad de la dictadura castrista y la falta de libertad para los cubanos
- El sufrimiento del pueblo cubano por culpa del embargo americano
Sobre el primer tema tu discurso fue valiente en Cuba, pero lamentablemente es un tema harto conocido por los que vivimos desde hace más de 60 años fuera de nuestro país. Lo conocen también las derechas, las izquierdas y el centro en todo el mundo, lo cual no ha impedido al capitalismo internacional (sobre todo español) hacer negocios con la tiranía castrista.
Simpatizo con tu discurso, pero te diré que lo que tu repites con vehemencia y convicción lo dijo hace muchos años (en octubre de 1959) el comandante Huber Matos y lo han repetido otros muchos miles de cubanos y extranjeros que conocen muy bien la realidad cubana. No creo que tu discurso por muy reciente que sea cambiara la opinión de quienes apoyan la Dictadura a veces por interés económico.
El capitalismo adora los países con orden, cualquiera que sea la ideología que sustenta ese orden con tal de que les garantice beneficios (la Empresa Sherritt International Corp canadiense va a aumentar sus inversiones en Cuba un 20% y no creo que tu discurso impida la decisión del Señor León Binedell quien por cierto visitó Cuba unos días antes de tu anunciada marcha por la libertad
Tampoco impedirá tu discurso que la “izquierda caviar” (francesa como Jean-Luc Mélenchon o española como José Luis Rodríguez Zapatero) sigan apoyando al régimen que les ofrece la garantía ideológica que les permite seguir “viviendo del cuento”. Fueron pocos los políticos de izquierda que entendieron el timo de la “revolución romántica de Fidel” y gritaron hace años que aquello era una dictadura.
Yo los conocí en Paris decepcionados de Fidel: Rene Dumont (que Fidel llevó personalmente al avión cuando lo acusó de agente de la CIA porque se había atrevido, a decirle que el cordón de La Habana era una estupidez) y Michel Gutelman (expulsado también porque como agrónomo le dijo a Fidel que los 10 millones no se harían. En España tienes a Felipe González que no he tenido el placer de conocer.
Es decir, Yunior, que lamento tener que decirte que (como dice la Biblia) tu discurso es el de los profetas que predican en el desierto: nadie te escuchará…(supongo ya viste el documental del inolvidable Néstor Almendros: “Nadie escuchaba”.
En lo que respecta a tu segundo tema (el famoso embargo americano) como economista tendría mucho que decirte, pero solo te citaré el caso de Polonia que conocí muy bien como consejero del gobierno polaco en los años 90, después de la caída del comunismo.
Los últimos gobiernos comunistas de Polonia endeudaron al país con miles de millones que el capitalismo internacional les prestó con la esperanza de recuperar beneficios durante el periodo de recesión y quiebra que sufrían los países industriales subsiguiente al primer choque petrolero. Solamente los países comunistas seguían en la loca carrera de industrialización que llevaría a la ruina esos países, en particular a Polonia comprando maquinas obsoletas que fabricaban productos invendibles (visité una fabrica de yogurt en Varsovia en 1990 con un experto francés que quedó atónito cuando el director le dijo que habían pagado 20 millones por las maquinarias. El experto francés me susurró al oído: “¡Profesor esta fábrica no valía más de 5 millones en aquella época! ¿A dónde fueron a parar los otros 15 millones?
La respuesta se la llevó a la tumba el entonces ministro de Industria Mieczysław Wilczek que murió millonario en Londres tras haber creado con su cómplice Ireneusz Ludwik Sekuła (director de Aduanas) las joint-ventures que pillaron la economía polaca.
Es decir, Polonia nunca sufrió un embargo sino al contrario aprovechó de la ayuda capitalista que la llevo a acumular 40,000 millones de deuda con los clubes de Paris y Londres. Nada que ver con los 85 millones que Cuba debe al Club de Paris y los 1,500 millones (tal vez muchos más) al Club de Londres.
¿Qué haría el gobierno comunista si se suspende el embargo de los Estados Unidos cuando a pesar del embargo ya debe (¡debemos!) por lo menos 1,585 millones entre deudas privadas y a los estados acreedores? ¿Acaso los comunistas cubanos son más honestos y mejores administradores que el fallido gobierno comunista de Polonia?
Hay que ser muy ingenuo y crédulo para pensar que no harán lo mismo que Wilczek y Sekula : robarse lo que llegue al país (como han hecho hasta ahora) y transformarse en los peores capitalistas, como hicieron los comunistas no solo en Polonia sino en Rumania y Rusia.
Hay que ser muy crédulo para pensar que el argumento político del embargo va a terminar con el embargo. La nomenclatura cubana ya tiene preparada las cifras para esta eventualidad: “las pérdidas millonarias causadas por el embargo remplazarán el embargo para justificar la corrupción y la mala gestión de la economía”. Ya lo han dicho más de una vez.
Sin un cambio político radical que lleve un cambio del sistema económico y una gestión transparente a nivel macroeconómico, cualquier hueco financiero que se le abra al gobierno cubano, servirá para hacerlos más ricos mientras que el pueblo (como actualmente) seguirá viviendo de las migajas permitidas de la limosna que las familias cubanas envían a los suyos.
Pensar que habrá medios de impedir esa “privatización salvaje” que ya vimos en la Europa comunista es totalmente iluso y utópico.
Esta es la triste realidad, mi estimado compatriota.
Francisco Condis y Troyano
Profesor Emérito de Economía
Universidad Católica de Lovaina (Bélgica)
Representante del CID ante la Unión Europea y miembro del Comité Ejecutivo Nacional de Cuba Independiente y Democrática (CID)
Muy buenos los ejemplos