El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció públicamente: «las legítimas demandas» de un sector de la ciudadanía y el hecho de que «Es verdad que los problemas se acumulaban desde hace muchas décadas y que los distintos gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud». Piñera ha actuado como un presidente demócrata, no responde a los problemas con represión, responde con soluciones. Es una magnífica lección sobre la cual los cubanos debemos meditar.
Un artículo de la Agencia Francesa de Prensa informa que: “Después de cinco días de masivas protestas, saqueos, incendios y enfrentamientos callejeros, que llevaron a su gobierno a declarar estado de emergencia y toque de queda, Piñera reconoció su incapacidad para anticipar el estallido y pidió perdón a los chilenos, que exigen en las calles profundas reformas sociales… y lanzó un poderoso paquete de medidas, que incluye un aumento inmediato de la pensión básica universal y la suspensión de un alza de la luz, para hacer frente al peor estallido social en décadas en el país, que ya suma 15 muertos.
No es fácil que el paquete de medidas propuesto por Piñera pueda satisfacer todas las demandas de los manifestantes pero tal vez su disposición abra las puertas a una negociación que detenga la violencia y lleve al país eventualmente a un contrato social en el país que ha sido el ejemplo de progreso económico en Latinoamérica.
Hasta ahora nuestra atención se ha concentrado en el tema de que si el estallido social en Chile es obra de la mafia castrista y la narco dictadura venezolana. El fantasma de la conspiración castrista en Latinoamérica nos aparece por cualquier parte y los cubanos tenemos razones suficientes para pensar así, pero a los chilenos demócratas no le preocupó mucho ese asunto. Analizaron los reclamos, les dieron legitimidad y han planteado soluciones. Hasta han pedido perdón por no haber atendido a tiempo las vicisitudes de una parte de la población, la de menos recursos.
¿Por qué debemos los cubanos analizar lo que ha sucedido en Chile? Por el presente y por el futuro.
Por el presente
Es importante que millones de cubanos en la Isla comprendan como funciona una democracia ante la violencia de un sector de la población que se considera marginado. Primero usando las fuerzas del orden para contener la destrucción, el robo y la violencia y simultáneamente atendiendo la raíz del problema.
Aunque pueda parecer insensible, el hecho que hasta ahora se cuenten 15 muertos ante la magnitud de los hechos casi parece un milagro. En la Cuba de hoy unas demostraciones muchísimo menos numerosas que las de Chile habrían provocado una reacción brutal del régimen y los muertos se contarían por cientos o por miles. Unas manifestaciones en Cuba de la magnitud de las vistas en Chile habrían provocado una reacción tan salvaje del castrismo que el régimen se habría ahogado en su propia sangre y el fin de la dictadura habría sido inevitable. Por esta razón en Cuba la vigilancia, la represión y el control de la dictadura son permanentes. Ellos temen al pueblo cubano, a ese mismo pueblo que parece domesticado.
Por el futuro
En Cuba la mafia castrista está en su etapa final, no tiene salvación, ha agotado su tiempo y sus recursos. La población no es la misma de ayer, la represión es un arma de doble filo porque el pueblo de hoy puede aceptar hasta cierto nivel de abusos pero, por ejemplo, no podrían empezar a fusilar muchachos a diestra siniestra como hicieron en el pasado. El pueblo se informa y comenta, se comunica. Ha nacido un cierto estado de opinión publica que escapa a los antiguos y tradicionales patrones de control informativo.
El futuro de la democracia en Cuba está en el horizonte. En esa futura democracia habrá políticos serios y políticos irresponsables, ya lo tenemos en el presente opositor. En nuestra democracia habrá un sector de la población que se sentirá marginado ante el progreso, porque lo estará o porque se lo harán creer los demagogos. Hay que evitar ese sentimiento de marginalidad o su realidad. Los cubanos menos afortunados tienen que sentirse que son parte del país y deben saber que son una prioridad en las políticas públicas. Pero incluso, ante manifestaciones de descontento en las calles de nuestra futura democracia, hay que analizar sus fundamentos y asegurarse de que las demandas reales o imaginarias no se van a resolver con balas y golpes.
En su Propuesta Constitucional, Cuba Independiente y Democrática (CID) ha previsto un desarrollo en Cuba que excluya a los compatriotas en desventaja, por esta razón en esa propuesta se plantean, entre otros los siguientes aspectos:
Artículo 41.– El Estado procurará el mayor bienestar a todos los habitantes del país, organizando a la sociedad e invirtiendo los recursos públicos con el fin de propiciar amplias oportunidades en todos los campos para el ejercicio de la creatividad, el desarrollo económico y el disfrute de la riqueza.
Artículo 42.- Todas las personas desde los cinco hasta los diecisiete años de edad tienen derecho de acceso a la enseñanza gratuita y suministrada por el Estado. Sus padres y madres jefes de familia y tutores están obligados a velar porque la reciban y aprovechen, ya sea en establecimientos estatales o privados.
Artículo de La Nueva República
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