Este agosto pasado por primera vez los chinos dejaron de cargar petróleo venezolano y ahora en septiembre, por segunda vez tampoco lo hicieron. También la empresa China Huanqiu Contracting & Engineering notificó el 3 de septiembre al régimen de Nicolás Maduro la suspensión de sus trabajos por no haber recibido pagos acordados por las obras complementarias para el incremento de producción de 105.000 barriles a 165.000 barriles diarios de crudo extra pesado. Son señales de que China abandona gradualmente a la narco dictadura de Maduro, quien ha guardado silencio sobre estas acciones.
China no quiere enfrentar al gobierno de Trump en Venezuela, ni convertirse en un enemigo permanente de la oposición venezolana que eventualmente será gobierno en Caracas. China ha prestado a Venezuela US$50.000 millones en los últimos diez años a cambio de petróleo, inversión que podría poner en peligro cuando la oposición tome el poder. El líder de la oposición democrática venezolana, Juan Guaidó, reconocido por la Administración Trump como el presidente de Venezuela, cuenta con el respaldo de 50 naciones. Se sabe que representantes de Guaidó han sostenido conversaciones con el gobierno chino.
El 5 de agosto, Trump firmó una orden ejecutiva que autorizaba sanciones a cualquiera que brinde apoyo a Maduro. El petróleo venezolano está llegando a China en barcos de la petrolera rusa Rosneft, sin embargo en una reciente reunión entre seis refinerías independientes chinas la Comisión de Desarrollo y Reformas de China (NDRC) advirtió a esas refinerías que deberían de ir buscando fuentes de petróleo fuera de Venezuela.
Fuentes Infobae, El Nacional, Bloomberg, Reuters y LNR.
Artículo de La Nueva República 253-A
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