Marzo 23. El pasado miércoles 18 de marzo publiqué en la página de La Nueva República un artículo con este título: Mis hijos no van a la escuela aunque me lleven presa. Allí expuse que por esa decisión había recibido fuertes amenazas, pero mis hijos dejaron de ir a la escuela. Hace unas horas me acaban de avisar que hoy cierran las escuelas en la provincia de Ciego de Avila y que la orden vino de la Dirección Nacional de Educación.
Entre otras razones mi decisión estaba basada en que hasta esa fecha esa misma Dirección Nacional de Educación no había emitido ninguna orden cerrando las escuelas, donde no existe la higiene necesaria y los maestros están obligados a dar sus clases aunque tengan síntomas de gripe.
Además, en un artículo de Juventud Rebelde del 13 de marzo la Ministra de Educación, Ena Velázquez, había declarado que: “No hay ninguna orientación de cerrar una escuela, ni tampoco que los estudiantes tengan que llevar nasobuco para entrar a clases…Porque aparezca un caso no se cerrará el centro escolar solo se tomarán medidas con aquellos alumnos que son más cercanos al enfermo», destacó. “No se pueden tomar medidas extremas e innecesarias, que al final tampoco son efectivas”…Y en caso de que durante el tiempo de clases el maestro note que –un estudiante- se siente mal, se aísla y se notifica al sistema de salud”.
Poner a los maestros a vigilar los síntomas del coronavirus en los alumnos me llenó de indignación y todavía más, que en el caso de que se localizara un sospechoso de contagio en la clase, solo se tomarían medidas con los alumnos más cercanos al enfermo.
Me parecía un absurdo conociendo el alto nivel de contagio de ese virus antes de que aparezcan su síntomas.
Por Yanelis Jiménez Téllez Presidenta Nacional del CID.
Artículo de La Nueva República
CubaCID.org
Deja tu comentario