Cuba: un año más, o la vida de menos

Por |2020-01-01T09:51:16-06:001 enero, 2020|La Nueva República|Sin comentarios

En Cuba diciembre apagó sus luces y bajó el telón, como cada año que termina. Para muchas personas en el mundo fue motivo de júbilo y celebración; de recuento, recordación e inventario. Y si bien un año más vivido es un año menos en el camino hacia lo inevitable, lo hermoso de vivir no es contar el tiempo que nos queda, sino complacernos con cada sueño cumplido y gozarnos con cada proyecto realizado. Porque más allá del tamaño de nuestros triunfos, lo más hermoso de vivir es saber que tenemos la vida.

 

Pero hay lugares oscuros en la tierra donde los seres humanos viven apagados, vegetando bajo el telón sombrío de los decretos de muerte.  Pedazos de tierra gobernados por hombres terribles sedientos de poder, que enferman a sus pueblos de pobreza, corrompen la pureza de la infancia, rompen en mil pedazos las familias; persiguen, encarcelan y matan a los que piensan diferente. A los más osados los fuerzan a prisión, a la muerte o al destierro.

 

Hay lugares oscuros en la tierra, poblados de gente que vive muriendo cada segundo de vida que le queda. Desamparados, indefensos, envejecidos, ignorados, mientras sus verdugos se sientan a verlos morir, danzando pletóricos de histeria al compás agitado del cinismo. Convencidos, que las fuerzas que podrían detener el crimen se sientan con ellos y beben de la misma copa. Porque hay leyes internacionales que condenan la injerencia en los asuntos internos de un estado.

 

Pero como cada año que termina, todos los condenados, que viven con la vida de menos, invitarán a su futuro imaginario y celebrarán, junto a las cosas que nunca tuvieron, las promesas traicionadas que jamás se cumplirán. Entre tanto, acompañados de una escandalosa y miserable tristeza, recibirán el año nuevo con la esperanza puesta en la alegría de los demás.

 

Por Ernesto Aquino

Artículo de La Nueva República

CubaCID.org

 

 

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