Bogotá. La Policía colombiana arrestó a un ciudadano cubano bajo sospechas de estar involucrado en un complot para matar a diplomáticos estadounidenses en nombre del grupo Estado Islámico (EI).
Raúl Gutiérrez, de 45 años, fue capturado el lunes en la ciudad de Pereira, en el centro de Colombia, en el marco de un operativo de la Policía colombiana en colaboración con su par española y la Oficina Federal de Investigaciones(FBI), según dijeron fuentes de España y Colombia.
Este jueves, el sospechoso compareció en un juzgado de Bogotá donde la Fiscalía defendió la imputación de cargos por terrorismo y concierto para delinquir. Fue enviado a una cárcel de máxima seguridad.
Las autoridades interceptaron comunicaciones de finales de febrero en las que el cubano supuestamente habló de planes para hacer y detonar un explosivo casero en un restaurante en Bogotá donde buscó trabajo como lavaplatos y que era frecuentado por diplomáticos estadounidenses.
“El presunto yihadista había manifestado abiertamente a finales de febrero poseer un plan y tener en su poder distintos tipos de explosivos preparados para atentar en una zona de restaurantes conocida en Bogotá”, indicó el Ministerio del Interior español en un boletín.
El sitio es frecuentado “por personal adscrito a la Embajada norteamericana”, agregó.
El general Jorge Nieto, jefe de la Policía Nacional colombiana, se negó a hablar en detalle de las pruebas del caso, excepto para decir que fueron confiscados varios dispositivos electrónicos que daban crédito a la hipótesis de que Gutiérrez estaba planeando un ataque terrorista.
Las autoridades españolas habían constatado que “el detenido estaba inmerso en un profundo proceso de adoctrinamiento y que había experimentado una progresiva radicalización”, por lo cual alertaron a Estados Unidos y Colombia.
Gutiérrez había establecido contacto con un español, identificado como Francisco Quintana, a quien le comentó sus planes para atacar a los funcionarios estadounidenses, según dijo la fiscala colombiana a cargo del caso en unos audios revelados por la revista Semana.
El presunto yihadista afirmaba tener en su poder dinamita y explosivo de alto poder C-4, por lo que pedía instrucciones para “armar algo”, aseguró la Fiscalía.
Incluso se ofreció para ingresar a Estados Unidos y cometer un atentado. “Ahí es donde más quiero atacar”, expresó Gutiérrez según mensajes de su celular hallados por las autoridades.
Al final de la comparecencia, de la que salió fuertemente custodiado, el sospechoso aseguró a medios que no trabaja para el EI y que tiene su “propio grupo”, sin ahondar en detalles. “Yo lucho contra el nuevo orden mundial, sobre todo contra los americanos”, añadió.
Gutiérrez había sido expulsado de Colombia dos veces antes. En el 2015, entró al país legalmente con visa, con el objetivo final de dirigirse a Estados Unidos, dijo un funcionario colombiano a The Associated Press bajo la condición de anonimato porque no estaba autorizado para hablar del caso y ser identificado oficialmente.
Posteriormente, las autoridades descubrieron que se le había expedido la visa con base en declaraciones falsas y procedieron a deportarlo a Cuba, agregó el funcionario.
El trabajo de los investigadores de la @policia, en colaboración con el @FBI y la Policía de Colombia, ha permitido la detención en este país de un hombre de 45 años por adoctrinamiento en favor de #Daesh y manifestar su intención de atentar con explosivos.
Sin embargo, el cubano regresó en el 2016, entrando ilegalmente al país por tierra desde el vecino Ecuador, un país que no requiere que los cubanos tengan visa, como Colombia y muchos otros países.
Las autoridades detuvieron a Gutiérrez en Pereira y en el 2017 fue expulsado de nuevo.
Se cree que regresó a Colombia por tercera vez a principios de este año.
La Embajada de Estados Unidos en Colombia es una de las más grandes del mundo y es el principal centro de cooperación antinarcóticos y contrainsurgencia entre ambos países aliados.
Aunque la finalización del conflicto colombiano de medio siglo de duración ha llevado a mejoras enormes en materia de seguridad en los últimos años, los diplomáticos estadounidenses todavía enfrentan restricciones de movimiento, que reflejan los peligros que persisten en un país con una larga historia de ataques terroristas -algunos de ellos dirigidos contra objetivos estadounidenses- y de delincuencia generalizada.
Por Por: AP y AFP, La Nación, Costa Rica
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