La delegación del CID en Antilla denuncia las crecientes acciones de acosos y represión de la seguridad del estado, en el municipio, contra los activistas del CID, tanto de La Nueva República como los de la Defensoría del Pueblo, acciones que hace algunas semanas han incluido han incluido citaciones arbitrarias para amenazar a los activistas, por su labor.
Luego de las elecciones, y los días previos a la sesión de la legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular para “escoger” al nuevo presidente cubano, la represión y la vigilancia llegaron a un punto crítico al haberse establecido un sistema de vigilancia y control, para implantar el terror en nosotros, y evitar todo tipo de reunión.
Desde la noche del 17 y hasta el amanecer del 20 de abril, el aparato represivo estuvo movilizado, lo que incluyó a colaboradores o “chivatos”, agentes, fuerzas policiales y otros funcionarios del Minint. Los desplazamientos se parecían a operaciones de toque de queda.
Decenas de ellos fueron ubicados en lugares donde radican y se mueven los disidentes antillanos, quienes que sólo pudimos comunicarnos mediante mensajes, para informar sobre la situación.
Al parecer el aparato de seguridad estatal preveía alguna manifestación de oposición al repudiado Miguel Díaz–Canel, quien en la provincia no cuenta con seguidores, después de su paso devastador e ineficiente, ganándose apelativos como “Díaz Condón”, “El proyecto piedra”, “caballo muerto”, entre otros.
Por tales razones, el régimen quiso concentrar en el territorio un alto número de oficiales que solo generaron lo que el pueblo ya conoce: más represión y más abuso.
Por la Defensoría del Pueblo: Esber Rafael Argota Ramírez, delegado del CID en Antilla, y Luis Machado Reinosa
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