A: quien pueda interesar
Yo Arturo Pérez Vegas, de edad 36 años, soy vecino de calle 12, Reparto Vázquez, municipio Manzanillo. Me encuentro de pase y estoy cumpliendo tres años de “peligrosidad” en La Granja Eucalipto, que queda en la salida de Bayamo en la carretera de Vado de Yeso, de ahí hasta Las Tunas hay más de 20 km.
Nosotros los presos trabajamos muy duro produciendo carbón, tenemos que hacer una tonelada de carbón para poder salir de pase. No tenemos atención médica, nos enfermamos y es por gusto porque nunca hay medicamento pues el medicamento que entra allí sale para la venta clandestina de los jefes. Ya te llevan al hospital casi moribundo. Dicen que la salud en Cuba es gratuita pero lo es para los dueños de la prisión. El mayor Figueredo abusa de nosotros los presos, nos maltrata, nos da golpes, nos amenaza y nosotros le tenemos miedo por todas esas cosas.
La granja está dividida en dos grupos, uno que es aquí mismo en la prisión y la otra en El Marabú, donde clasifican el carbón cuando ya está terminado. Ellos nos dicen que lo llevan para el puerto para exportarlo a Canadá, pero el dinero que ellos reciben de esa venta nosotros no la vemos ni en comida, eso va al bolsillo de todos ellos, el pago de nosotros los presos que somos los que nos esforzamos es trabajar duro en el carbón para ganarnos un pase y poder ver nuestras familias, las comidas son muy malas, apenas tienen sal ni grasa, un pedacito de pan en ocasión, los pases según el régimen son mensuales.
Nosotros en comparación con los presos comunes nos llevan muy mal, ya que a nosotros los beneficios nos los dan demorados o sea tardíos, el primer pase es a los 6 meses y después cada dos meses, es decir que los comunes se les da cada tres meses y después mensual, los comunes tienen más beneficios, allí que nosotros que no hemos cometido ningún delito, la libertad nos la dan también demorada, no es cuando terminamos sino cuando tengamos relevo de otro prisionero que venga de otra prisión. Esto lo hacen para que uno se complique allá adentro y para que le sigamos trabajando en carbón ya que ningún cubano va a trabajar al marabú sino es de esta forma y a ellos les conviene nuestra presencia, a la hora que nos den la libertad si es al año, ellos la dan al año y cinco meses más para así de esta manera explotarnos y humillarnos más.
Espero que de esta forma puedan conocer un poco más todas las cosas que ocurren a menudo en las prisiones sin más se despide Arturo Pérez Vegas.
Por María del Carmen Guisado Cisneros. Delegada del CID en Manzanillo y Defensora del Pueblo.
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