Discriminación y abuso contra el pueblo cubano

Una amplia gama de cárnicos es exhibida en las tiendas por moneda MLC, mientras gran parte de la población carece de ellos en sus hogares, esto es parte de la discriminación y abuso contra el pueblo cubano. Algo que sorprende desde la apertura de estas tiendas, es la variedad de productos alimenticios con que son abastecidas, sin embargo, lo más alarmante es que la mayoría de estos alimentos son de producción nacional.

Así lo mostramos en la imagen, donde podemos constatar además los precios. Siendo estos una descarada burla a la población, como si se tratara de 15, 16, 25 o 23 pesos en moneda nacional. Son MLC, moneda a la que muy pocos cubanos tienen acceso. La cual es validada por depósitos desde el exterior mediante remesas familiares. O por otra parte, aún sin efecto, los MLC que se pueden comprar desde dentro de Cuba con “CUP”, que tiene un costo de 24.00 CUP cada 1.00 MLC. Decimos aún sin efecto porque las autoridades han alegado que desde dentro de la isla no se puede adquirir esta moneda mediante la compra con CUP hasta que “haya posibilidades para ello”. Solo haciendo depósitos desde el exterior o desde dentro de Cuba donde estos depósitos deben hacerse con moneda extranjera en efectivo. Todo un problema de adquisición monetaria.

Solo pueden comprar en dichas tiendas una parte muy reducida de la población, o sea, solo los cubanos que reciben remesas de familiares en el exterior. Mientras que el resto de los cubanos parece no tener derecho a una alimentación adecuada ofertada en estas únicas tiendas abastecidas y separatistas y discriminatorias por demás.

El consumo de carne de res le está vedado a los cubanos desde que se les prohibió sacrificar y consumir su propio ganado a los campesinos. La única forma de adquirir tan importante fuente de proteínas, es comprando directamente la carne en las tiendas recaudadoras de divisas MLC. Sin embargo, la realidad es que para la gran mayoría de los cubanos es prácticamente imposible adquirirla pues los precios no están al alcance de quienes viven de su salario, ni esa moneda MLC es fácil de adquirir para un cubano común.

Mirar los paquetes de carnes y otros alimentos a través del cristal de las neveras, se convierte en una tortura; mientras pensamos cuanto la necesitamos nosotros y los pequeños de casa que están en pleno crecimiento, los abuelos que tiene problemas de salud y no poder comprarla; es la triste realidad que enfrenta el cubano común.

Visitar estas tiendas y solo conformarse con mirar, como si de un museo se tratara, es la experiencia de muchos de los que a veces solo por curiosidad, decidimos entrar a una de las nuevas tiendas. Esto solo confirma la profunda desigualdad en la que estamos obligados a vivir los cubanos. Mientras el gobierno se jacta de decir en los medios que aquí todos tenemos los mismos derechos y oportunidades. La realidad que enfrentamos cada día demuestra lo contario, existe una enorme brecha entre los cubanos.

Vivimos en un país donde satisfacer nuestras necesidades más básicas como la alimentación, es un privilegio que solo pueden tener unos pocos. Mientas que la mayoría carece hasta de lo imprescindible. Un país donde algo tan simple como tener un pedazo de carne en la mesa, es inalcanzable para quienes no tienen un familiar en el extranjero que les envíe dólares.

No solo estamos en presencia de un régimen que ha alimentado la desigualdad, sino el abuso contra su propio pueblo. Y los hechos, como pruebas, sobran.