DĺAZ-CANEL ¿DÓNDE SE HA VISTO QUE UN PRESIDENTE LLAME AL LINCHAMIENTO?

Mis profesores de psicología me enseñaron que para hablar hay que hacerlo con base y por esto me dirijo a usted con la única arma que tengo, la Constitución.  Su artículo 54 estipula que “el Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión”. El 56 reconoce los “derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos”.

 

El día 11 de julio el pueblo ejerció su derecho constitucional de manifestarse de manera espontánea por todos los puntos del país.  Un pueblo que buscaba ser escuchado, el mismo pueblo que caminó frente a los hospitales aplaudiendo a sus médicos, un pueblo que quería respuestas, no era un grupúsculo de revolucionarios confundidos como usted los denominó, sino un pueblo como nunca se había visto desde hace más de 60 años.

 

Y que hace usted ante esto, sale en Televisión Nacional, a pronunciar unas palabras que al pueblo nunca se le olvidarán y que nunca le perdonarán: “LA ORDEN DE COMBATE ESTÁ DADA”.   ¿Sabe la repercusión que tuvo esa elección de palabras de boca de quien se supone es el presidente de todos los cubanos? Porque todos estamos amparados por la Constitución y tenemos el derecho a manifestarnos públicamente.

 

Usted ordenó el enfrentamiento de las fuerzas policiales, de una minoría armada contra un pueblo desarmado. Hoy los parques, plazas está vigiladas por brigadas de respuesta rápida, quizás sedientas de sangre o quizás llenas de dudas. ¿Cuántos trabajadores van obligados  a vigilar los parques y tiendas MCL donde ellos mismo no pueden comprar porque la dictadora no les paga en esa divisa?

 

Muchas madres sufren por sus hijos porque usted llamo al linchamiento. ¿Dónde están los niños que han sido arrebatados de su hogar? Nunca en la historia de nuestra nación ha sucedido algo así, nunca será olvidado. Yo  que no soy un niño recibo a cada rato una llamada de mi madre preguntando por mí.

 

Hermanos, todos somos cubanos.  Policía, ejército y los pocos que aún están ciegos por conveniencia, no te manches las manos de sangre joven porque son ellos lo que te están liberando de la esclavitud.  No cumplan esa orden de linchar a tus hermanos, súmate y si no quieres, deja a la juventud forjar su futuro en un país libre de odios y pleno de libertad, respeto y oportunidades.

 

¡Viva el legado de nuestro Comandante Huber Matos!

Patria y Vida. Libertad, libertad.

 

Por José Rolando Cásares

Coordinador de Relaciones Internacionales del CID.

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