El pueblo de Cuba está perdido. No sabe nada de lo que ocurre en cuestiones de política. Su existir se debate entre la escasez de los elementos fundamentales para la vida y en buscar comida. Carece de tiempo y motivación para imbuirse en temas donde se decide su futuro.
El noticiero estelar de la televisión al unísono con el resto de los medios informativos, se encargan de mostrarle un resumen con una versión edulcorada de los hechos ocurridos en el tablado político y consume el contenido ofrecido: el bloqueo del imperialismo yanqui y la penetración y manipulación de las fuerzas de derecha en la Unión Europea, son las causas de todos los males.
El pueblo cubano apenas conoce que el 12 de julio la Unión Europea se reunió, para revisar el Acuerdo de Dialogo Político y de Cooperación con Cuba, ADPC, tras una fallida visita del alto representante de la UE a la isla.
Desconoce que en esa reunión hubo fuertes intervenciones de diputados de diferentes partidos políticos y distintas tendencias ideológicas, pero donde primo la cordura y el sentido común y en votación el gobernante Miguel Díaz Canel fue condenado, junto a otros altos cargos de la nomenclatura comunista, por la violación flagrante de los Derechos Humanos.
Frases lapidarias como “Cuba es una dictadura longeva que oprime a su pueblo”, o “Cuba no hace nada para mejorar los Derechos Humanos de sus ciudadanos” se escucharon en el plenario y aunque algunas voces defendieron a la dictadura comunista y culparon al bloqueo de la situación en la isla, la Resolución final fue un contundente rechazo a la alianza de cooperación de la Unión Europea con la mayor de Las Antillas.
El Acuerdo de Dialogo y Cooperación entre la Unión Europea y Cuba fue firmado en diciembre de 2016 y aplicado a partir de noviembre de 2017, donde la isla se beneficiaria de ayuda financiera y créditos a cambio de respetar los Derechos Humanos de sus ciudadanos, pero la respuesta en estos cinco años por parte del régimen fue arreciar con la represión y encarcelar a más de 1000 manifestantes de las protestas masivas del 11 de julio, entre ellos mujeres y menores de edad.
Para llegar a esta Resolución la Unión Europea recorrió un largo camino, esperando una reacción del régimen de La Habana que nunca llegó. Primero fue el Tercer Dialogo Formal sobre Derechos Humanos, en el marco del Acuerdo de Dialogo y Cooperación celebrado el 6 de febrero de 2021. Luego la reunión del Consejo Conjunto UE-Cuba celebrado el 26 de mayo de 2023 donde emanó un comunicado de prensa conjunto del alto representante de la Unión para asuntos Exteriores y de Política y Seguridad y la viceministra cubana de Asuntos Exteriores.
Después la UE envió a Cuba a su alto representante para la Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, una visita que resultó un fracaso cuando el representante de la Unión Europea miró para otro lado, escondiendo la terrible realidad que sufre el pueblo cubano bajo la represión comunista y los miles de presos políticos que cumplen largas condenas por el simple hecho de ejercer la libertad de expresión.
Para llegar a esta Resolución, que resulta un hito en las relaciones entre la Unión Europea y Cuba, porque deja al desnudo el carácter represivo y violador de los Derechos Humanos del régimen que gobierna La Habana, se revisaron también el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, de 16 de diciembre de 1966, del que Cuba es firmante pero que no ha querido ratificar, conjuntamente con otros tratados e instrumentos internacionales de Derechos Humanos.
También se revisó la Convención de las Naciones Unidas contra la Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes de 10 de diciembre de 1984 de la que Cuba es Estado parte. Se revisó además la Constitución y el Código Penal cubano, esmeradamente concebido para aplastar toda forma de disensión contra la mafia que ostenta el poder en la isla.
También para el juicio resolutivo de la Unión Europea que sancionó a la isla y a sus dictadores por violar los Derechos Humanos, se revisaron el Plan de Acción de la Unión sobre Derechos Humanos para el periodo 2020-2024 y la Resolución 2506 del 2023, de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que condena la invasión de Rusia contra Ucrania, donde de manera vergonzosa Cuba apoya la invasión. También se revisaron otros acuerdos y disposiciones para avanzar en las relaciones de la Unión Europea con La Habana, que al final quedó en letra muerta y en la burla de los dirigentes cubanos en relación con el cumplimiento de acordado.
En esta histórica Resolución de la Unión Europea en uno de sus párrafos se manifiesta de manera directa que “todo diálogo político debe incluir la participación de los representantes de la Sociedad Civil Independiente y todos los actores políticos de la oposición, sin restricciones”, algo que el régimen comunista no permite y acosa, hostiga y reprime a toda forma de disensión en la isla.
El Parlamento Europeo ha insistido al gobierno cubano reiteradas veces: la necesidad de la participación de los representantes de la Sociedad Civil Independiente en los diálogos políticos y en los proyectos de cooperación del Acuerdo, para que tengan también acceso a los fondos de cooperación, pero el estado cubano no lo permite, se quedan con los fondos a través de sus empresas que funcionan bajo su control.
El Acuerdo de Cooperación de la unión Europea-Cuba contempla una “Cláusula de Derechos Humanos”, que es un elemento estándar esencial de los acuerdos internacionales de la Unión, que permite su suspensión en caso de violación en las disposiciones sobre derechos humanos establecidos en el apartado 11 de la Resolución del Parlamento de 5 de julio de 2017, donde fue aprobado el Acuerdo.
El régimen cubano excluye cualquier posibilidad de cambio democrático, ya que en el artículo 5 de la Constitución cubana establece que “el Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, es la fuerza política dirigente superior de la Sociedad y el Estado”, un artículo lapidario que sepulta de origen cualquier respiro democrático y de libre pensamiento.
La Resolución finalmente condena al gobierno comunista liderado por Miguel Díaz Canel, títere a las órdenes de Raúl Castro, y a otros altos cargos de la cúpula castrista, que han sumido a Cuba en la crisis económica, social y política más grande de la historia, mediante la activación del articulo 85 en su apartado 3, letra b, con el objeto de solicitar una reunión urgente de la Comisión Mixta a causa de las violaciones del Acuerdo de Dialogo Político y Cooperación por parte del Gobierno cubano.
La Resolución también condena el apoyo del régimen de La Habana a la invasión rusa a Ucrania, reitera el llamamiento para que se apliquen las disposiciones de la UE de sancionar a Cuba por las violaciones del ADPC y encarga a su presidenta que la transmita al Gobierno y a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.
Yunia Figueredo, delegada del CID en Jaimanitas
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