Soldados norcoreanos a Rusia
El estado actual del ejército norcoreano, tal como se refleja en los soldados enviados a Rusia, destaca varios aspectos preocupantes. Estos soldados, en su mayoría jóvenes, parecen estar físicamente subdesarrollados y desnutridos, lo cual es un reflejo de las condiciones económicas adversas en Corea del Norte. Además, carecen del entrenamiento adecuado para las condiciones de guerra que enfrentarán en Ucrania, lo que cuestiona su efectividad en el campo de batalla.
Según informes, alrededor de 3.000 soldados norcoreanos han llegado a Rusia, con estimaciones que sugieren que el número podría aumentar a 10.000 para finales de año. A pesar de su creciente presencia, su despliegue parece ser más simbólico y estratégico que una contribución significativa al esfuerzo bélico. El régimen de Kim Jong Un tiene un control casi total sobre la narrativa en su país, y su enfoque en mantener el poder significa que el valor real de estos soldados radica más en el cumplimiento de objetivos políticos y diplomáticos, que en su destreza militar.
Una de las tácticas del régimen ha sido enviar a estos soldados bajo identidades falsas y con uniformes rusos, lo que sugiere un esfuerzo por encubrir su participación y minimizar la implicación directa de Corea del Norte en el conflicto. Sin embargo, a pesar de estas precauciones, los soldados enfrentan la posibilidad de ser expuestos a información externa mientras estén en Rusia. Esto podría suponer un riesgo para el control férreo que el régimen tiene sobre su población, ya que aquellos que regresen podrían compartir sus experiencias y nuevas ideas, lo que podría sembrar el disenso en Corea del Norte.
Además, las familias de los soldados enviados han sido aisladas y reubicadas en lugares desconocidos, probablemente para evitar que divulguen información sobre el despliegue. Este tipo de control social es un reflejo de los esfuerzos más amplios del régimen para mantener el poder y evitar cualquier tipo de resistencia interna. Las implicaciones de esta estrategia de control también afectan a las tropas norcoreanas, quienes podrían enfrentar un destino similar al de otros contingentes de mercenarios extranjeros, como los cubanos que han luchado junto a Rusia en el conflicto ucraniano. Muchos de ellos han denunciado maltrato y discriminación, lo que pone de manifiesto el costo de involucrarse en una guerra que busca someter a Ucrania, un país que lucha por su soberanía y libertad.
Movimientos encubiertos y el papel de las fuerzas norcoreanas
Recientes interceptaciones de comunicaciones rusas han revelado que el Kremlin ha estado transportando en secreto tropas norcoreanas hacia el saliente controlado por Ucrania en el Óblast de Kursk. Esta información, divulgada por la dirección de inteligencia ucraniana y traducida por el analista estonio WarTranslated, parece confirmar que miles de soldados norcoreanos han comenzado a llegar a la línea del frente en el oeste de Rusia.
Una conversación interceptada entre dos oficiales militares rusos reveló que un conductor de camión KAMAZ, Andrey Sveridenko, fue detenido en Kursk mientras transportaba tropas norcoreanas. A pesar de que no había una asignación de combate oficial para el vehículo, se descubrió que estaba involucrado en el traslado de soldados de Corea del Norte. Este despliegue, que no figura en los registros oficiales, no es sorprendente, ya que el Kremlin ha negado públicamente la participación de tropas norcoreanas en el conflicto, calificándolo de «noticias falsas».
Las fuerzas norcoreanas, según los informes, han sido destinadas a la 810ª Brigada de Infantería Naval rusa, que ha estado luchando para detener los avances ucranianos en Kursk. Las unidades navales como la 810ª Brigada son conocidas por su brutalidad y mala disciplina. Un ejemplo claro de esto ocurrió el 10 de octubre, cuando la 155ª Brigada de Infantería Naval, desplegada en la misma región, capturó, desnudó y ejecutó a nueve operadores de drones ucranianos.
Desde entonces, las fuerzas ucranianas han estado cazando y emboscando deliberadamente a estas brigadas rusas, sin tomar prisioneros. Si la interceptación de radio es un indicio de un movimiento más amplio de tropas norcoreanas hacia Kursk, es probable que pronto haya pruebas directas de su participación en combates. Es posible que las primeras evidencias incluyan videos de soldados norcoreanos siendo atacados por drones ucranianos.
En resumen, la contribución del ejército norcoreano a las fuerzas rusas parece limitada, con un impacto militar dudoso, pero con un claro valor estratégico y diplomático para el régimen de Kim Jong Un en su relación con Moscú. Las implicaciones a largo plazo de este despliegue, tanto para el régimen norcoreano como para el desarrollo del conflicto en Ucrania, aún están por verse. Expertos interpretan como un acto de desesperación de Putin la presencia de tropas norcoreanas en la guerra contra Ucrania y también como una muestra que no está interesado en negociaciones de paz.
La Nueva República CubaCID.org
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