Yo tenía 12 años y regresaba de la escuela donde” el Maestro” nos había hablado del amor a la patria. Subíamos un amigo y yo la loma del barrio de “la Cava” en Manzanillo. De pronto mi amigo se paró y me dijo: “oye Pancho sabes que Fulgencio Batista acaba de dar un golpe de estado” …Yo no sabía que era un “golpe de estado” pero cuando al día siguiente “el Maestro” nos explicó que era una dictadura que comenzaba y que todos los cubanos debíamos combatirla, comprendí inmediatamente que mi deber era ese: luchar hasta la muerte.
Más tarde,
a pesar de mi juventud, pude comenzar la lucha imprimiendo panfletos contra Batista y distribuyéndolos a la población, también participando en manifestaciones que organizábamos después de la misa. Mi compromiso duró hasta que entré en el seminario en 1957.
Después, me encontré de nuevo en Nueva York con “el Maestro «que acababa de salir de la prisión donde lo encerraron 20 años por denunciar otra dictadura y comencé de nuevo a su lado la lucha contra esa otra dictadura, la de Fidel Castro. ¡Ah! Mi Maestro se llamaba Huber Matos…
Por Francisco Condis y Troyano. Profesor Emérito de Economía (Universidad Católica de Lovaina Bélgica). Ex-consejero del Ministerio de Industria en Polonia. Miembro del Comité Ejecutivo del CID. Representante del CID ante la Unión Europea. 
La Nueva República
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