El maquiavélico plan del régimen castrista con el Coronavirus

Por |2020-03-16T12:11:13-06:0016 marzo, 2020|La Nueva República|Sin comentarios

En la pandemia de Coronavirus el gobierno castrista creyó haber encontrado su tabla de salvación ante la debacle de su colonia venezolana. Se quedan sin Maduro y se quedan sin petróleo. Por ignorantes y desesperados quisieron creer que como Cuba es una isla habría varios millones de personas tratando de huir de la pandemia en sus países hacia un lugar seguro, ellos, los dueños de Cuba y de su pueblo, se encargarían de mantener la vida normal funcionando para servir de vitrina y que los que buscaran refugio fueran a Cuba, donde en estancias prolongadas gastarían millones de dólares.  Por eso no se les ha pedido a los cubanos que se retiren a sus casas, ni a los estudiantes que dejen de ir a clases, ni se han tomado ninguna de las otras medidas  de protección que casi todos los gobiernos del mundo están poniendo en práctica con decisiones definitivamente drásticas.

 

El esquema de la dictadura se basa en que como la mayoría de turistas que van a Cuba pasan una buena parte de su tiempo en hoteles aislados de la población y quienes huirían a Cuba sería un sector con recursos, las posibilidades de que un porcentaje trajera el virus eran limitadas.  En cuyo caso tan pronto se les manifestara la enfermedad, éstos serían sacados de circulación y desaparecidos para la prensa.  Con los cubanos que fueran contagiados pasaría igual.  El sistema está diseñado para manipular las estadísticas.  Además, el mayor número de víctimas serían cubanos adultos con alguna patología que los hace más vulnerables al Coronavirus por lo que sus muertes  se contablizarian como pulmonía etc. De paso dejarían de ser una carga para el sistema de salud que los tiene mal alimentados y abandonados en una silenciosa política de exterminio.

 

La mafia castrista creyó que otros gobiernos no se iban a dar cuenta. El de Italia fue el primero en prohibir el turismo entre ambos países. Ahora las autoridades españolas están advirtiendo a sus ciudadanos de que reconsideren sus viajes de turismo a Cuba.

 

El régimen no entendió que uno de los grandes problemas del Coronavirus es su contagio exponencial que hace al portador del virus, manifieste o no los síntomas, un foco infeccioso ambulante con potencial de contaminar a muchas personas. Tampoco la dictadura entendió que la consecuencia directa de esta característica es que gran número de enfermos acuden a los hospitales al mismo tiempo donde no hay capacidad para atenderlos a todos y hay a que escoger quien se atiende y quien se muere.  Por eso los países tratando de lidiar humana y racionalmente con esta crisis piden a sus pueblos que se mantengan en las casas para frenar la velocidad del contagio y la consecuente saturación hospitalaria.  Según informó Granma el 13 de marzo: “ya están habilitadas 1.322 camas en 11 hospitales y 824 en diez centros de aislamiento”.  Estos datos son ridículos para una población de más de once millones de habitantes. La dictadura tiene que olvidarse de su poco inteligente esquema de convertir a Cuba en un refugio turístico para quienes huyen del Coronavirus.

 

Para proteger a su pueblo Cuba debe cerrar la puerta al turismo extranjero, como han hecho los Estados Unidos, Rusia, China y otros países. Las universidades, los colegios y las escuelas deben cerrarse.  La población debe permanecer en sus casas y salir solo ante emergencias.

 

Artículo de La Nueva República LNR 260-A

CubaCID.org

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