Por Frank Correa
La Habana, Cuba. Como la mayor de las Antillas se ha convertido en un estado fallido, la crisis multisistemica que la golpea amenaza con mutar en una crisis humanitaria de proporciones desgarradoras. Mientras el gobierno se enfrasca en lo que llaman el proceso de “actualización del modelo económico”, la continuidad de planes y lineamientos del Partido Comunista y un nuevo paquete de medidas de choque que alegan son para paliar la crisis pero todo indica que es para salvar al régimen.
Miguel Díaz Canel dijo sobre este paquetazo: “Ya lo hemos dicho: nada, absolutamente nada de lo que hacemos es para afectar al pueblo”, respondiendo a la lluvia de críticas al plan de choque económico anunciado por el primer ministro Manuel Marrero. “Nuestra principal tarea es la recuperación económica. Las medidas anunciadas darán un salto necesario en la economía. Haremos más revolución y más socialismo”.
Pero muchos economistas analistas de la situación cubana concuerdan, que estas medidas son un paquete de austeridad y no se aprecia un plan concreto para dinamizar la economía.
Crisis en la alimentación, la vivienda, en la educación, en la salud pública y en los servicios es el panorama para los cubanos en 2024. Hoy en la isla existen, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, ONEI, 3 809 000 núcleos familiares, con más de 11 millones de usuarios. Más de un 60% de estos hogares han perdido la capacidad de acceso a los alimentos, mientras destinan más del 100% de sus ingresos a conseguir comida, alternando con otros trabajos no oficiales o ilegales para sobrevivir.
Estas medidas de choque anunciadas por el régimen, además de agravar las condiciones de vulnerabilidad de las familias cubanas, incrementarán el desabastecimiento y potenciará el mercado negro, la corrupción y la desigualdad.
El régimen reconoció que en el 2023 se incumplió el plan de construcción de viviendas, a pesar que miles de familias cubanas no tienen hogar. El periódico Granma informó que al cierre de octubre, solo se culminaron cerca de 13000 inmuebles en Cuba, lo que representa un 54% del plan anual.
Durante varios años consecutivos el gobierno ha incumplido este plan, pero no ha fallado en la construcción de hoteles a pesar de que tienen muy baja ocupación. Le achacan como causas del incumplimiento la falta de cemento y acero, sumados a los métodos y formas de trabajo.
En la mesa redonda los ministros de economía y de energía y minas, anunciaron que el país no contaba con dinero suficiente para comprar alimentos en el exterior, y que el escenario incluyendo el suministro energético podría empeorar para el 2024.
El servicio de agua a la población se ha visto afectado a lo largo y ancho del país, provocando malestar y protestas de personas que incluso han cerrado calles, para llamar la atención del gobierno sobre su situación.
Damián Vila, un ingeniero hidráulico con mucha experiencia en el sector, considera que el gobierno no ha sabido encontrar soluciones que contribuyan a paliar la crisis del agua, sobre todo en la región oriental, donde llevan más de 15 años construyendo un trasvase, que supuestamente mejorará el abasto de agua destinada al consumo humano y la agricultura. Han gastado miles de millones de pesos y de dólares y no han resuelto el problema, dijo el ingeniero.
“En Cuba hay suficiente presas, si se hubiera invertido más en darles mantenimientos a esos embalses, comprar motores, plantas potabilizadoras modernas, y regadíos por goteo, no estuviéramos en este punto muerto. Se pusieron a construir el trasvase este oeste de Holguín, obra faraónica por orden de Raúl Castro, cuando con un tercio de ese dinero se hubieran buscando mejores soluciones al problema del abasto de agua”.
El servicio de transporte público también ha sufrido mucha afectación por la crisis y por el pésimo manejo de la economía por parte de la dirigencia del gobierno y el estado, con más del 70% del parque automotor con problemas técnicos, o falta de gomas y piezas de repuesto.
Autoridades del ministerio de transporte reconocieron que en los últimos años, decreció la capacidad de transportación de pasajeros en el 100% de las modalidades y servicios. Este problema incide en todas las actividades y sectores de la vida social económica de la nación.
Las afectaciones se enmarcaron en la disponibilidad técnica de los medios de transporte, la inestabilidad en el suministro de combustibles y lubricantes, el deterioro acumulado de las infraestructuras, y de las condiciones en las que se desempeñan los trabajadores, como parte de los problemas que aquejan a los servicios de transporte.
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