Por más de cincuenta años los cubanos han visto truncadas sus aspiraciones de ejercitar la democracia por la vía electoral debido a una serie de mecanismos que con perversidad han creado quienes detentan el poder político. De esta manera neutralizan las posibilidades e intenciones de los miembros de la sociedad que deciden presentarse como candidatos a cargos de dirección gubernamental a cualquier nivel.
En la Ley Electoral No 72, Título I, Derecho al Sufragio, Capítulo I, Disposiciones Generales, artículo 4 inciso a: “Cada ciudadano, con capacidad legal para ello tiene derecho a elegir y resultar elegido en la forma y según los procedimientos fijados en ésta Ley.
El inciso «a» del artículo 4 citado pareciera que abre las puertas a que cualquier cubano pueda postularse, la trampa estriba en que si el ciudadano interesado no es presentado dentro del proyecto de candidatura por una comisión, sus aspiraciones de ser elegido siempre estarán fuera del marco legal vigente. Por ese carácter antidemocrático de esta ley es que se necesita con urgencia una reforma.
En el título IV De las comisiones de candidaturas, Capítulo I Disposiciones Generales, artículo 68: Las comisiones de candidaturas se integran por representantes de la Central de Trabajadores de Cuba, de los Comités de Defensa de la Revolución, de la Federación de Mujeres Cubanas, de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, de la Federación Estudiantil Universitaria y de la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media, designados por las direcciones nacionales, provinciales y municipales respectivas, a solicitud de las Comisiones Electorales Nacionales, Provinciales y Municipales. Es evidente que estas organizaciones de masas que integran las comisiones de candidaturas responden ciegamente a los intereses del gobierno cubano y los propuestos por dichas comisiones serán personas que apoyen el sistema político.
Es necesario también reformar la Constitución de la República de Cuba en lo referente al Capítulo I Fundamentos Políticos, Sociales y Económicos del Estado, en su artículo 5, entre otros. En el que se plantea: El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. Claramente se puede apreciar que se nos impone por la fuerza la aceptación de un único partido político con facultades de dirección a nivel central, limitando así la posibilidad de decisión a la hora de ejercer el derecho al voto.
Es evidente que se necesita que se le de amparo legal en el sistema legislativo cubano a la presencia de más de un partido político en el sistema electoral, quedando libre la opción de depositar el mandato de voluntad por parte de la población en aquel proyecto de gobierno que se considere más ventajoso para el desarrollo del país y el bienestar de la sociedad. Hasta tanto no se le dé lugar a la sociedad, entonces no habrá elecciones libres y democráticas.
Por Daudy Hermelo Lago, Defensoría del Pueblo
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