Como cualquier ser humano el cubano también tiene que sudar su frente para poder ganarse el pan de cada dίa. Aunque lo hace en un escenario muy desfavorable por las características de un gobierno centralizado, con un modelo económico controlado 100% por el Estado, el cual ahoga cualquier iniciativa de esfuerzo y prosperidad. Esta es una de las principales razones por la cual el cubano en vez de trabajar para progresar, solo trabaje para subsistir. El método utilizado por el régimen cubano es una nueva forma de esclavitud y es la mayor causante del desastre revolucionario.
En Cuba el sueldo promedio de un trabajador oscila en unos 450 pesos moneda nacional (18 CUC). Con este salario una familia cubana tiene que pensar en comer, vestir, arreglar o construir su vivienda, los gastos de los dos niños que van a la escuela, electricidad, medicina, transporte, aseo personal y muchos más. Por otra parte, cuando vemos los precios exagerados que tienen estos servicios, como una libra de frijol 12 pesos (0.45 CUC), carne de cerdo 35 pesos (1.40 CUC), un huevo 1.10 pesos (0.05 CUC), en fin, a simple vista vemos que es un problema que no tiene solución y hay que escoger entre tantas necesidades y resolver una sola. A esta disyuntiva se enfrenta el cubano todos los días de su vida. Arma que ha utilizado el régimen para que nadie tenga tiempo de pensar en otra cosa que no sea resolver sus problemas cotidianos.
Como es normal en un ser humano, ante la amenaza de un problema, el instinto de supervivencia nos obliga a buscar otras alternativas. En este rompe cabezas surge la inventiva del cubano. Un ser humano que lleva en su sangre una mezcla de africano, español y europeo, que lo hace tan especial y peculiar a la vez. Así comienza la larga aventura de agregar alguna plusvalía a un salario que no alcanza ni para los primeros 10 días del mes. En este frente de batalla, ¡vale todo! Como se suele decir en buen cubano. Lo mismo vemos a una profesional de prostituta, que a un médico de “merolico” o un cuadro del partido comunista “inflando globos” para no perder su privilegiado puesto.
Por otra parte, a la incertidumbre de cuándo será el fin, se suma la larga lista de emigrantes, que para ayudar a sus familias y realizar parte de sus sueños tiene que abandonar su patria. Ante este escenario es muy frecuente ver a muchas familias empobrecidas viviendo en condiciones muy desfavorable. Este fenómeno ha traído como consecuencia la pérdida de valores en la sociedad cubana y ha contribuido a que el cubano se comporte como una especie inerte, con una mirada triste y se sienta sin futuro.
Por Rolando Pupo Carralero, Coordinador de Occidente, miembro del Comité Ejecutivo Nacional y Defensor del Pueblo.
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