En Cuba descubren el agua tibia

El Régimen de La Habana
ha descubierto el agua tibia: las empresas privadas tienen capacidad para
competir y ganar frente a las estatales. La gestión capitalista puede superar a
la socialista –de hecho, siempre lo hace–, aún cuando los jueces que la evalúen
se declaren marxistas-leninistas. Por algo es tan viejo el refrán que dice que
el sol no se puede tapar con un dedo.

Es el equivalente a
descubrir el agua tibia. La economía socialista de Estado jamás ha logrado nada
que sea bueno y al mismo tiempo duradero. De ninguna forma. El bienestar que
tal vez existió en Cuba luego de 1959, era fabricado e importado desde la URSS.

Valga decir que ha
habido gobiernos socialistas en países desarrollados, pero su gestión ha sido
buena e incomparablemente superior a la gestión de los gobernantes cubanos,
enfrascados en una “construcción del socialismo” que no parece tener fin. Por
supuesto, los socialistas occidentales han sido elegidos en votaciones
democráticas y han respetado la propiedad privada. Es decir, su socialismo no
implica una tiranía como la que hay en Cuba.

Que “las formas de
gestión no estatal”, como llama el gobierno al sector privado, tengan la
posibilidad de recibir el Premio de Calidad nacional, refleja lo que la
iniciativa individual ha sido desde tiempos prehistóricos: la base de una
economía próspera. Décadas de gestión estatal no han podido hacer crecer un
negocio como han crecido muchos desde que, hace unos pocos años, finalmente el
gobierno cubano autorizó a los privados a aplicar sus conocimientos y su empeño
para beneficio propio.

¿Era tan difícil
darse cuenta de algo tan obvio?

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