El 9 de febrero cuando Italia ya tenía una tasa de mortalidad mayor que la de China y a 16 millones de italianos se les prohibía viajar al sur de su país, el CID alertó el peligro que implicaba el continuo flujo de turismo italiano a Cuba y denunció que el régimen castrista y la embajada italiana en La Habana irresponsablemente seguían promoviéndolo. Seis semanas después, con 60.000 turistas en Cuba, la dictadura falsamente reportaba un total de 25 casos de coronavirus cuando eran ya miles los infectados y los datos lo demuestran aunque el régimen solo reconoce 1.741 casos positivos.
Los cálculos de un estudio de El Miami Herald (en inglés y en español) basado en los datos publicados por el del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK) son reveladores. El IPK en su boletín semanal sobre enfermedades respiratorias agudas que incluyen neumonía, resfriado común, influenza y coronavirus, reportó 144.095 casos en la semana que concluía el 21 de marzo, prácticamente un 50% más que la semana anterior en la que el IPK reportó 98.041 casos, un aumento de una semana a la otra de 52.037 casos. Una semana después el IPK contabilizó 188,816 casos o sea 70.698 casos adicionales.
Aunque la siguiente semana bajó a 158.583 casos, sobrepasó en 60.000 personas enfermas el crecimiento normal para esa semana. En conclusión en solo tres semanas en Cuba el IPK contabiliza 182.135 casos de enfermedades respiratorias por encima de lo normal. Algo más parecido al crecimiento exponencial de la pandemia en otras partes del mundo donde no se tomaron las medidas a tiempo. Pero no tenemos que asumir que todos los casos fueron de coronavirus. Haga usted el cálculo que crea, digamos un 10%, en cuyo caso en esas tres semanas en Cuba se infectaron 18.213 cubanos, cuando el régimen mentía descaradamente solo reconoce 1.741 casos positivos. Es absolutamente imposible que el régimen no haya sido advertido por el IPK sobre la magnitud del crecimiento de la pandemia china en Cuba.
Sin embargo la dictadura, en lugar de advertir a la población, mintió para encubrir su responsabilidad por no haber tomado las medidas que a tiempo hubieran evitado su rápida expansión en la Isla.
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