En el parque El Curita en Centro Habana, vendedores ambulantes tratan de sobrevivir en un país donde hasta a los niños falta la comida y la leche. En Cuba vender lo que se puede no es un acto ilegal, es un intento de supervivencia. En cualquier democracia si acaso le darían una multa o lo desalojarían de un lugar donde no se pueda practicar el comercio ambulante.
En porque en Cuba más que una dictadura manda una mafia que cree que, con los maltratos con los que no se lastima ni a un animal pueden destruir la dignidad de cualquier persona. No se dan cuenta el pueblo ya está de pie y las enseñanzas de José Martí lo inspiran y que hoy: “En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de otro hombre”
Nunca jamás digan ni escriban Policía Nacional Revolucionaria (PNR). Estos no son policías, son esbirros.
La Nueva República CubaCID.org
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