Editorial de La Nueva Republica 227-A
Hermanos nicaragüenses, el partido Cuba Independiente y Democrática (CID) los apoya en su heroico esfuerzo por alcanzar un Estado de Derecho. La lucha de ustedes es nuestra lucha. Apelamos al ejército de Nicaragua para que frene, sin excusas ni dilaciones, a las turbas y a la policía que como lobos de una película de terror, todas las noches se lanzan a una cacería humana de jóvenes desarmados. La neutralidad anunciada por el Ejército, asegurando que no participaría en la represión contra el pueblo, es una patente de corso para Daniel Ortega y sus asesinos. Ante esta masacre el Ejército no puede actuar como un observador porque está obligado a defender al pueblo y a la constitución. ¿Esperan que la sangre corra por las calles como la lluvia en una tempestad? ¿Esperan que el pueblo se agote y Daniel se quede?
Desde el 18 del pasado abril, miles de jóvenes desarmados se han lanzado a las calles de Nicaragua exigiendo un fin a la dictadura de Daniel Ortega. Hasta el día de hoy, 11 de junio, han sido asesinados 137 ciudadanos y cerca de un millar han sido heridos. La mayoría son jóvenes, entre ellos dos adolescentes de 14 y 15 años de edad cobardemente asesinados. El propósito ha sido y sigue siendo sembrar el terror en la población para quebrar su heroísmo.
La lucha cívica y pacífica contra las injusticias ha logrado triunfos en las democracias, pero cuando se trata de una dictadura cínica y violenta, dispuesta a ahogar con sangre la rebeldía, las posibilidades de éxito de una población desarmada no son muchas, a menos que la dictadura se vea amenazada por un poder armado, interno o externo, que la haga retroceder.
Mientras el ejército de Nicaragua mira para otro lado, la Iglesia Católica apoya a la juventud y al pueblo y ha planteado al dictador que la solución es su salida del poder; igual posición tiene El Ministerio Red Apostólica de Nicaragua y sus 1500 iglesias evangélicas. Dirigentes y ex compañeros de Ortega en los tiempos de la revolución sandinista lo han denunciado por su traición y sus crímenes. Los dueños y periodistas de los medios de comunicación se arriesgan día a día denunciando los atropellos de las turbas danielistas y su policía asesina.
Mientras la matanza continúa en las calles de Nicaragua, crece el clamor internacional de repudio. La denuncia es unánime contra los crímenes injustificables de jóvenes y no tan jóvenes, desarmados y valientes que piden, a veces con cólera, otras con argumentos y también con lágrimas y lamentos, que cese la represión y que llegue la libertad. ¿Hasta cuándo Generales?
Cuba Independiente y Democrática (CID) se solidariza con el pueblo nicaragüense, que, con su audacia y su sacrificio se enfrenta a una dictadura en busca de democracia y justicia, al mismo tiempo que está abriendo la trocha a cubanos y venezolanos en sus aspiraciones de libertad.
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