Quienes estuvieron atentos a la celebración de los actos de la independencia de México seguramente no se dieron cuenta que Liz Cuesta, la esposa de Miguel Díaz-Canel, el representante de la dictadura castrista e invitado de honor de Andrés Manuel López Obrador para esa ocasión, llevaba un bolso de mano de la famosa marca Hermès Kelly que tiene un costo de 9000 euros.
Uno no acaba de entender si es que la primera dama de la dictadura es tonta y la vanidad la domina o simplemente no le importa absolutamente nada lo que digan de ella y de su marido. Con el dinero que costó esa cartera, que no es dinero de la pareja sino del pueblo cubano, se podrían comprar medicinas para surtir, por una o más semanas, las farmacias o el hospital de un pueblo en Cuba, país donde lo único que abunda es el hambre, la escasez de medicinas, las muertes por Covid, la corrupción de los funcionarios y la represión del régimen.
Esta falta de sensibilidad o inteligencia de Díaz-Canel y su mujer, no le hizo nada bien a su anfitrión el presidente mexicano, que utilizando una fecha patriótica y casi sagrada para los mexicanos se dedicó a ensalzar a la dictadura y nada menos y nada más que a denunciar el “bloqueo” de los Estados Unidos a Cuba.
Es que acaso si en París se puede comprar un bolso de ese precio no se pueden comprar también locomotoras, máquinas de hacer oxígeno, tractores y todo lo que necesita el pueblo cubano para ponerse a producir sus alimentos si no fuera por el bloqueo interno. O es que estas cosas no se pueden comprar porque el régimen castrista le debe dinero a Francia y no se lo paga.
Parece que no es un problema del “bloqueo” americano si no de la corrupción e incapacidad de la dictadura en Cuba que le debe no solo a Francia, sino a otros países que conforman el “Club de Paris” con los cuales en 2015 tenía una deduda de 11 mil millones de dólares, de los cuales se le perdonaron 8500 millones y el disminuido saldo de 2500 millones no ha podido pagarlo todavía.
El presidente mexicano no es ajeno a esta información, la conoce perfectamente bien, pero como es popular en el mundo de los demagogos, lo oportunistas y los ignorantes denunciar el “bloqueo a Cuba,” no se dio cuenta que la esposa de su invitado de honor podía hacerlo quedar en ridículo.
Por Jimmy Verdecia, activista del CID en República Dominicana con información del grupo de jóvenes cubanos en la Isla conocido como: Archipiélago.
La Nueva República
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