El gobierno de Trump ha tomado medidas para que los dólares que envían familiares y amigos desde los Estados Unidos no sean confiscados y puestos al servicio de la dictadura castrista para estafar y reprimir al pueblo cubano y para continuar apoyando la narco dictadura en Ve-nezuela. El gobierno estadounidense está en todo su derecho de tomar esa decisión y analizaremos las razones: Ese dinero, ganado por los cubanos que viven allá y que solidaria y generosamente envían a Cuba, representa en solo remesas, hasta 3700 millones de dólares anuales que ingresan en Cuba y el régimen con diferentes esquemas trata de apropiárselos a sus destinatarios cobrándoles tasas de cambio abusivas y obligándolos a comprar insumos a precios escandalosos.
Esa es una riqueza que no depende de ninguna infraestructura –carreteras, electricidad, etc- ni servicios (educación, salud) brindados por la dictadura castrista. Las remesas son el resultado de dos factores: Uno, el trabajo de los cubanos y dos, el hecho que esos cubanos viven en un país en el cual la empresa privada ha desarrollado la economía más poderosa, creativa y competitiva del planeta amparada en las leyes de una sociedad democrática. Por cada dólar que se gana allí, hay que darle las gracias a millones de personas que forjaron ese imperio de riqueza y justicia. Esa sociedad ha sido el producto de la visión y el sacrificio de patriotas que sembraron la semilla de la independencia y la libertad cuando se rebelaron contra las injusticias de la corona inglesa hace más de dos siglos para fundar una nación que han defendido por generaciones hasta nuestros días.
Cada dólar que alguien gana en los Estados Unidos vale lo que vale porque está respaldado por un país próspero, donde se respetan las leyes y las instituciones garantizan la libertad y la justicia. Una nación también comprometida con los derechos humanos en el mundo. Los ha defendido con sus hombres y mujeres en su propio territorio y en otros, a un costo incalculable en vidas humanas y en recursos. Entre otros en: la Revolución Americana, por la independencia; la Guerra Civil contra la esclavitud de los negros y, la Primera y Segunda Guerras Mundiales por la libertad de los pueblos de Europa y Asia.
Por estas razones el gobierno de Estados Unidos no solo está en su derecho sino también en la obligación de evitar que la riqueza que se genera en su territorio caiga en manos de organizaciones despóticas y criminales como el castrismo, que son sus enemigos, los enemigos del pueblo cubano y los enemigos de la libertad en el mundo.
El gobierno de Trump ha tomado medidas para que los dólares que envían familiares y amigos desde los Estados Unidos no sean confiscados y puestos al servicio de la dictadura castrista para estafar y reprimir al pueblo cubano y para continuar apoyando la narco dictadura en Ve-nezuela. El gobierno estadounidense está en todo su derecho de tomar esa decisión y analizaremos las razones: Ese dinero, ganado por los cubanos que viven allá y que solidaria y generosamente envían a Cuba, representa en solo remesas, hasta 3700 millones de dólares anuales que ingresan en Cuba y el régimen con diferentes esquemas trata de apropiárselos a sus destinatarios cobrándoles tasas de cambio abusivas y obligándolos a comprar insumos a precios escandalosos.
Esa es una riqueza que no depende de ninguna infraestructura –carreteras, electricidad, etc- ni servicios (educación, salud) brindados por la dictadura castrista. Las remesas son el resultado de dos factores: Uno, el trabajo de los cubanos y dos, el hecho que esos cubanos viven en un país en el cual la empresa privada ha desarrollado la economía más poderosa, creativa y competitiva del planeta amparada en las leyes de una sociedad democrática. Por cada dólar que se gana allí, hay que darle las gracias a millones de personas que forjaron ese imperio de riqueza y justicia. Esa sociedad ha sido el producto de la visión y el sacrificio de patriotas que sembraron la semilla de la independencia y la libertad cuando se rebelaron contra las injusticias de la corona inglesa hace más de dos siglos para fundar una nación que han defendido por generaciones hasta nuestros días.
Cada dólar que alguien gana en los Estados Unidos vale lo que vale porque está respaldado por un país próspero, donde se respetan las leyes y las instituciones garantizan la libertad y la justicia. Una nación también comprometida con los derechos humanos en el mundo. Los ha defendido con sus hombres y mujeres en su propio territorio y en otros, a un costo incalculable en vidas humanas y en recursos. Entre otros en: la Revolución Americana, por la independencia; la Guerra Civil contra la esclavitud de los negros y, la Primera y Segunda Guerras Mundiales por la libertad de los pueblos de Europa y Asia.
Por estas razones el gobierno de Estados Unidos no solo está en su derecho sino también en la obligación de evitar que la riqueza que se genera en su territorio caiga en manos de organizaciones despóticas y criminales como el castrismo, que son sus enemigos, los enemigos del pueblo cubano y los enemigos de la libertad en el mundo.
La Nueva República
CubaCID.com
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