FIDEL CASTRO RECIBE UNA ESTATUA EN MOSCÚ

Putin y Canel en Moscu, 22 de noviembre.

Por El Consejo De Redacción del WSJ. 28 de noviembre de 2022

Putin no tiene muchos amigos en estos días, así que honra a uno muerto.

La semana pasada, Vladimir Putin inauguró una nueva estatua en Moscú en honor al fallecido Fidel Castro. Detrás del florido lenguaje intercambiado con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, había un recordatorio elocuente de cómo ve el mundo el ruso.

Castro, dijo el Sr. Putin, no permitió que Cuba “se quebrara por la intervención de mercenarios, sanciones, embargo financiero o económico, o intentos de aislamiento externo; defendieron el derecho de Cuba a su propio modelo de desarrollo de acuerdo con los valores nacionales en lugar de impuestos externamente; y se aseguraron de que el mundo tenga en cuenta la opinión de Cuba y respete sus intereses”.

En otras palabras, al alabar a su colega dictador, el señor Putin se estaba alabando a sí mismo. El Sr. Díaz-Canel devolvió el favor respaldando el pretexto del Sr. Putin para enviar tropas a Ucrania cuando intervino ante el Parlamento ruso. “Las razones del actual conflicto en esta zona deben buscarse en la política agresiva de Estados Unidos y la expansión de la OTAN hacia las fronteras de Rusia”, dijo.

Putin elogió a Castro como el fundador “colorido y carismático” del estado cubano moderno. Que al menos acertó. Pero la triste realidad del estado cubano moderno es que Castro y el comunismo redujeron a un pueblo talentoso y educado a una de las naciones más pobres del hemisferio occidental. El mundo puede echar un vistazo ocasional a esta privación cuando estallan los levantamientos contra el régimen, seguidos de los habituales arrestos y juicios.

Hay otro paralelismo del que el señor Putin no habla. A pesar de su modesto salario, algunos afirman que el señor Putin controla la riqueza que lo convierte en el hombre más rico del mundo. Uno de los antiguos guardaespaldas de Castro escribió una mordaz exposición, “La doble vida de Fidel Castro”, que detallaba la vida privada de lujo y fortuna de Castro.

La fiesta de Fidel en Moscú es un recordatorio de que el eje mundial de dictadores trabaja en conjunto para dañar los intereses de Estados Unidos y la libertad mundial.