Fraude y democracia en Venezuela

Las
elecciones en Venezuela están a la vista.  Son un acontecimiento que
los venezolanos y toda Latinoamérica esperan con preocupación y
esperanza.  Preocupación porque todos sabemos que es una lucha entre la
mayoría de 
los venezolanos que quieren vivir en libertad y un grupo de corruptos y
demagogos  manipulados y apoyados desde La Habana que han logrado
cautivar y engañar a una parte del pueblo venezolano.

Cualquiera
que sea el conteo de votos de este domingo, la oposición democrática
venezolana va a estas elecciones con más de un triunfo a su haber. Va
unida por su propia madurez y voluntad, lleva al frente a Enrique
Capriles, un hombre carismático, responsable, inteligente y capaz. 
Tiene un mensaje de reconciliación, transparencia y esperanza.

Como
resultado de este proceso  ha quedado claro en el mundo entero que el
régimen castrista es un parásito que sobrevive porque le roba al pueblo
venezolano miles de millones de dólares todos los años.  Es una
subvención que consiste en un intercambio fraudulento – de la mano de
obra esclava de más de 40,000 cubanos – por varios miles de millones de
dólares que en petróleo y otros rubros se entregan a la dictadura
castrista y son vitales para mantenerse en el poder.

Para
Hugo Chávez y los hermanos Castro está en juego el botín petrolero
venezolano y su propia supervivencia. Saben que su derrota conduciría a
una rendición de cuentas donde saldrán a la luz pública todos los
sobornos, regalías  y estafas  amparadas y llevadas a cabo por el
régimen chavista.  El pueblo venezolano exigirá que se haga justicia.

Por
estas razones en forma arbitraria, inmoral e ilegal, Hugo Chávez ha
utilizado todos los recursos del estado en una campaña electoral en la
que no se han respetado las mismísimas reglas del juego establecidas por
las leyes.  El fraude electoral comenzó desde hace mucho tiempo con
todas estas violaciones.  El otro, el que han planeado en secreto,
tendrá que destaparse y se conocerá de una u otra forma.

En
este contexto quiero hacer de conocimiento público que hay un número de
cubanos en Venezuela que deberían haber regresado a Cuba porque ya
cumplieron el tiempo que tenían asignado para estar en ese país.  Se les
ha retenido en Venezuela hasta después de las elecciones.

Algún
propósito oculto tendrá el castrochavismo para obligar a estos cubanos a
quedarse en Venezuela el día de las elecciones.  Quiero advertir a
nuestros compatriotas, que participar en alguna forma en un fraude en
Venezuela no puede ser excusado por el temor a  la represión
castrista.  El cubano que participe en estas elecciones  se convierte en
un cómplice.

Este
domingo para los venezolanos  lo importante es salir a votar por la
democracia auténtica, salir a votar por Enrique Capriles.  Votar contra
la demagogia y contra el siniestro plan que les irá arrebatando sus
libertades, una por una, hasta convertirlos en esclavos de una
dictadura.

Mientras
mayor sea el número de votos de apoyo a Enrique Capriles, más fácil
será que el fraude quede al descubierto ante todos los venezolanos y
ante el mundo.  En Venezuela este domingo cada voto por la libertad
cuenta y no puede perderse por pesimismo o apatía.

Este
domingo en Venezuela gana la democracia aunque los que conspiran contra
ella no quieran reconocerlo, aunque no quieran entregar el poder,
aunque hayan planeado y pongan en práctica el fraude en cualquier
modalidad.

El castrochavismo está desgastado, al descubierto y en retirada.

Miami, 4 de octubre de 2012

Sr. Enrique Capriles Radonski
Candidato presidencial
Caracas, Venezuela

Estimado señor Capriles:

Su triunfo el próximo domingo les brindará la oportunidad a los venezolanos de encaminar a su nación  por la vía de la reconciliación, la justicia y el progreso. Venezuela tiene un pueblo inteligente, un extenso territorio y una privilegiada riqueza energética. No hay  razón para que no esté a la cabeza del desarrollo en Latinoamérica.

Como todos sabemos el régimen castrista ha enviado a Venezuela aproximadamente cuarenta y cinco mil cubanos. Una parte de ellos ejercen su trabajo en el campo de la salud. A estos profesionales se les paga una fracción de lo que recibe el régimen en La Habana. Usted ha señalado que el costo de los servicios de todos los cubanos en Venezuela es aproximadamente de 800 millones de dólares, mientras el pago que se la hace al gobierno cubano es de cuatro mil millones de dólares.  Con este canje, explotador para ellos y perjudicial para Venezuela, el petróleo venezolano se utiliza para mantener a flote a  la dictadura castrista.

Ante la posibilidad de su triunfo ha aumentado en forma considerable el número de médicos que están tratando de escapar de Venezuela. Ellos prefieren el camino del exilio para vivir en libertad.  No quieren regresar a Cuba porque allí les esperan la opresión y toda clase de privaciones, y también porque pueden ser enviados a otros países donde las condiciones de vida son inhóspitas. 

Usted ha declarado que los médicos cubanos podrían seguir sirviendo al pueblo venezolano donde se necesiten.   Si su gobierno les permitiera quedarse como hombres y mujeres libres, y les pagara directamente, la dictadura perdería el control sobre ellos.

Estamos seguros de que, bajo su dirección, este país hermano logrará un progreso con justicia social, sin odios y sin que sus recursos se malgasten apalancando autócratas y dictadores en otras partes del mundo.
Atentamente,

Huber Matos Benítez
Secretario General
Cuba Independiente y Democrática (CID)

 

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