Las políticas expansionistas de Rusia representan una seria amenaza para la estabilidad global y los principios fundamentales de un orden internacional basado en reglas donde las violaciones de la soberanía son inaceptables.
Si la invasión de Ucrania tiene éxito, las consecuencias serán devastadoras, no solo para Europa sino para todo el mundo, marcando el regreso a una era de conflicto territorial entre las grandes potencias, lo se creía era un vestigio del pasado, se convertirá entonces en la nueva normalidad.
El costo en vidas humanas y tesoro sería significativamente mayor si no logramos parar a Putin en Ucrania.
Un Patrón Histórico de Agresión
A lo largo del siglo XX, Rusia buscó expandir su territorio mediante el uso de la fuerza. Ejemplos incluyen la anexión de partes de Finlandia durante la Guerra de Invierno (1940) y la toma de las Islas Kuriles, Manchuria, la anexión de Prusia Oriental, incluida Koenigsburg y la segunda guerra contra Finlandia en 1945. Más recientemente, en el siglo XXI, Rusia invadió Georgia (2008), anexó Crimea (2014) y apoyó a separatistas en Moldavia y Ucrania.
Este patrón consistente de agresión y conquista subraya las perdurables ambiciones territoriales rusas. Una nación que parece tener límites a sus ambiciones territoriales. Hace poco Vladimir Putin dijo que no existen límites para las fronteras de Rusia.
Consecuencias de la Inacción
Permitir que Rusia continúe con sus políticas agresivas sin restricciones tendría consecuencias catastróficas para Occidente.
La violación de la soberanía de Ucrania por parte de Rusia socava las normas internacionales, allanando el camino para que otras naciones resuelvan disputas territoriales mediante la fuerza en lugar de la diplomacia.
Una victoria rusa demostraría que los regímenes autoritarios pueden alcanzar sus objetivos mediante la violencia, alentando a otros líderes, como los de China, a seguir estrategias similares.
La agresión de Rusia crea incertidumbre para los países vecinos, desencadenando una carrera armamentista nuclear en la región, aumentando las tensiones geopolíticas y el riesgo de más conflictos.
La guerra ya ha interrumpido los suministros globales de alimentos y energía, y ha empujado a millones de refugiados a Polonia y otros países. La agresión continua profundizará estas crisis, afectando desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables en el Sur Global.
Si Rusia tiene éxito y logra imponerse en Ucrania, el principio de soberanía se debilitará, poniendo en peligro a estados más pequeños como Georgia, Moldavia y las repúblicas bálticas. China está observando y otros posibles agresores podrían aprovechar la oportunidad, como Corea del Norte y Venezuela.
El mundo no puede permitirse permanecer indiferente a las acciones de Rusia. Apoyar a Ucrania con todos los medios disponibles es esencial para disuadir futuras agresiones y proteger la soberanía de las naciones. La historia ha demostrado que el expansionismo sin control lleva a conflictos mayores. No detener a Rusia ahora conlleva el riesgo de inaugurar una era de inestabilidad y luchas de poder que afectará a todo el mundo durante décadas.
Por Robert Lozano, Secretaría de Relaciones Internacionales
Sin dudas Putin no es más que un bárbaro con infulas hitleriana y debe ser detenido y juzgado por tal atrocidad