Juicio a médico opositor en Palma Soriano está programado para el 13 de junio

Por |2018-06-11T06:00:19-06:0011 junio, 2018|CID, Represión|Sin comentarios

El juicio al médico opositor Arnoldo de la Cruz Bañobre, acusado de haber cometido el delito de propagación de epidemia, está programado para el 13 de junio. La acusación tiene un obvio componente político, debido a la posición del profesional contraria al régimen cubano.

 

El 13 de junio se realizará el juicio al médico de la oposición en Palma Soriano, el doctor Arnoldo de la Cruz Bañobre, especialista en Medicina Interna, quien ha sido acusado por la Dirección Municipal de Salud Pública de un delito previsto en el Código Penal cubano en su artículo 187 incisos 1,2 y 3 conocido como propagación de epidemia.

 

Arnoldo sufrió Dengue hemorrágico, dolencia que él se diagnosticó, y fue auxiliado por un colega clínico, al octavo día desde el inicio de los síntomas, cuando la enfermedad había dejado de ser transmisible hacía 3 días debido a que había cedido la fiebre al quinto día y el período de  transmisibilidad de esta enfermedad se considera desde el día antes del inicio de la fiebre hasta que desaparezca la misma.

 

Durante el tiempo que presentó el cuadro febril, se mantuvo dentro de su domicilio y bajo un mosquitero, lo que fue verificado por las autoridades de salud que le visitaron. Su vecindario estaba infectado por varios presuntos casos de Zika y ninguna persona vinculada con el ministerio de salud le visitó para pesquisar casos febriles.

 

Ninguna de las personas que tuvieron contacto intradomiciliario con él, que fueron aproximadamente 10, presentó síntomas relacionados con Dengue en un período de 45 días.

 

Por acuerdo con el médico que le asistió en su domicilio, se coordinó ingresarlo en la sala de cuidados intensivos de la Unidad Principal de Urgencias de la ciudad, porque se encontraba sangrando de las encías y el recuento plaquetario en sangre periférica era de 60.000, muy por debajo de los valores normales.

 

Después de casi 3 horas en esa unidad asistencial, el médico que le asistía le comunicó que la Dirección Municipal de Salud había decidido que debía abandonar esta entidad y ser trasladado a un hospital de campaña o una sala abierta de Medicina Interna. Arnoldo respondió que conocía que requería de vigilancia médica intensiva frecuente, al menos cada hora, por personal calificado y con recursos para el tratamiento, y que, en lugares como el propuesto, no existían.

 

Por lo tanto, su decisión fue trasladarse a su domicilio con la vigilancia de su colega clínico y su esposa, quien es licenciada en Laboratorio clínico. Así permaneció durante 24 horas, con la administración parenteral de soluciones cristaloides. Después de este período de extremo riesgo, vino la fase de recuperación clínica, con la consiguiente normalización de los parámetros de laboratorio.

 

Fue entonces que comenzó el hostigamiento por parte del sector de Salud Pública, por medio de inspectores de higiene y también la policía, que en 2 ocasiones le trasladó hasta la unidad de donde fue expulsado, para ser valorado por otros médicos.

 

El trasfondo de todo lo ocurrido es evidentemente político, porque, cuando se diagnosticó la enfermedad, era imposible que pudiera propagarla debido a que el período de tiempo hipotéticamente posible había pasado 3 días antes. Sin embargo, ha sido víctima del ineficiente sistema de salud cubano con médicos mal preparados científicamente que ocupan cargos directivos por su servilismo al régimen dictatorial. Entre esos médicos figura la doctora Consuelo Castro Coello, directora municipal, quien ha servido para orquestar la farsa contra Arnoldo, conspirando con la inseguridad del estado.

 

Recientemente, la policía política, por medio de sus oficiales respectivamente conocidos como Maikel, segundo jefe de Enfrentamiento de la provincia de Santiago de Cuba, y Norberto, jefe de Enfrentamiento en Palma Soriano, citaron a Nivardo Amelo Ramírez, coordinador del CID en el oriente de Cuba, para tomarle declaración acerca de la noticia que circula en las redes sociales relacionadas con el caso, y para tratar de evitar la manifestación a favor del médico en la vista oral del inminente juicio.

Por Arnoldo de la Cruz Bañobre, delegado del CID en Palma Soriano y Nivardo Amelo Ramírez, coordinador del CID en el oriente de Cuba

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