La China fascista

Por |2019-08-08T09:22:36-06:008 agosto, 2019|CID, La Nueva República, Represión|Sin comentarios

Es importante entender que China es una dictadura fascista. El término «fascista» es usado  con tal descuido que ha perdido la mayor parte de su significado salvo en las oficinas de unos pocos historiadores o profesores de ciencias políticas. Pero el fascismo, en su encarnación original de principios del siglo XX, significó un sistema político definido por tres atributos: autoritarismo, etnonacionalismo* y un modelo económico en el que el capitalismo coexistió con grandes industrias dirigidas por el Estado y asociaciones entre el gobierno y las corporaciones.

 

China es un estado etnonacionalista, corporativista y autoritario. El gobierno acosa, encarcela o asesina a quienes exigen el derecho al voto. Se involucra en un genocidio cultural y busca hacer que la dictadura china sea ideológicamente inseparable de la autoimagen del pueblo chino. Protege su economía interna de la competencia extranjera, subsidia todas sus industrias importantes, exige que los funcionarios gubernamentales formen parte de las juntas directivas de todas las grandes empresas y no permite sindicatos independientes.

 

A pesar del uso de la palabra «comunista» para definir al estado y su élite gobernante, China es fascista. La etiqueta del comunismo es ahora simplemente una anomalía histórica, relevante solo en la medida en que el totalitarismo siga siendo un principio subyacente de un régimen que probablemente ha matado a más personas que cualquier otro en la historia.

 

Por Simon Leitch

 

Nota: Entre 49 y 78 millones de personas murieron durante el mandato de Mao Zedong, sea por ejecución, encarcelamiento o de hambre. Infobae.

En 2017 China ejecutó más personas que todo el resto del mundo donde perdieron la vida 993 personas.  Fuente: Amnistía Internacional.

*El etnonacionalismo, es una forma de nacionalismo en donde la idea de una «nación» está definida en los términos de un pueblo que comparte lenguaje, cultura, vestimentas, alimentación, nexos geográficos, etc.

 

Artículo de La Nueva República 251-B

Deja tu comentario