En su último informe sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, la enviada especial de la ONU, Christine Schraner, advirtió que el golpe de Estado de febrero ha provocado un conflicto armado prolongado. Schraner, aseguró que si el poder no se devuelve al pueblo de forma democrática, el país “irá en dirección a un estado fallido».
Después de 8 meses del golpe militar, la situación en Myanmar continúa deteriorándose drásticamente con el conflicto que se intensifica en muchas partes del país y la represión de los militares ha provocado más de 1180 muertes y más de 8.000 arrestos.
El comunicado de la portavoz de la ONU relató que el Ejército utiliza una variedad de tácticas contra la población civil, que incluyen incendios de pueblos, saqueos de propiedades, tortura, ejecución de prisioneros y violencia de género, donde una gran parte de las organizaciones femeninas han tenido que cerrar por razones de seguridad. Por este motivo la ONU teme que la catástrofe de derechos humanos sea aún más grave.
La ausencia de acción e intervención internacional en el conflicto ha intensificado y justificado la violencia como último recurso, mientras que las críticas han ido en aumento a nivel nacional e internacional. Miles de tropas se encuentran concentradas en el norte del país del sudeste asiático, que ha vivido en el caos desde el golpe militar del 1 febrero.
Las cifras del golpe militar en Myanmar
El 1 de febrero de 2021, el Tatmadaw (nombre que recibe el Ejército de Myanmar) tomó el control del país, depuso a los miembros elegidos democráticamente, detuvo al presidente Win Myint, a Aung San Suu Kyi y otros líderes gubernamentales electos y declaró un estado de emergencia de un año.
El birmano de la izquierda se defiende con un tirapiedras
Desde esa fecha, según la ONU, el número de desplazados internos en Myanmar aumentó de 370.000 a 589.000 y el número de personas que necesitan asistencia humanitaria se incrementó de 1 millón a 3 millones, cifra que se triplicó en menos de nueve meses, debido a que el sistema de salud se encuentra colapsado.
La portavoz de la ONU, Schraner Burgener, dijo que al menos 4.000 soldados han desertado del conflicto, pero la cifra no se ha podido verificar, y agregó que «incluso si son 3.000 es un número bastante grande».
Desde la toma del poder militar, cerca de un millón de personas se han refugiado en Bangladesh. En el estado de Rakhine, los rohingyas, una minoría étnica y religiosa, permanecen en campamentos sin libertad de movimiento y acceso restringido a los servicios básicos como atención sanitaria, educación y medios de subsistencia.
Un llamado a la comunidad internacional
Dado el momento crítico para el país, Schraner Burgener, instó a los demás países para apoyar a Bangladesh, en conjunto con los esfuerzos para abordar los problemas subyacentes en Myanmar. Adicionalmente, recomendó a la comunidad internacional no reconocer el gobierno instalado tras el golpe de los militares, liderado por el general mayor Min Aung Hlaing, ya que considera que el nivel de poder que tiene el Tatmadaw en el país es la principal causa de inestabilidad y violencia.
“Queremos respetar la voluntad del pueblo”, subrayó, y señaló que eso se hizo en noviembre pasado cuando el partido de Suu Kyi obtuvo el 80% de los votos.
Fuente MSN France 24, con Reuters, AP Y EFE
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