La desorientación emocional del cubano forma parte de una estrategia

Por |2019-01-21T10:31:35-06:0021 enero, 2019|La Nueva República, Opinión|1 comentario

Desde su llegada al poder en 1959, el gobierno cubano tenía claro el sistema político que impondría en Cuba; sin embargo, había que encontrar el modo de que el pueblo pudiera digerir, sin grandes dificultades, los importantes primeros años que crearían las bases para solidificar las raíces del sistema. La retórica era sin duda la herramienta idónea para confundir, y crear una percepción construida sobre argumentos falaces que acabarían enfermando el más elemental ejercicio de la razón.  Lo cierto es que parte de la desorientación emocional del cubano forma parte de los propósitos de una estrategia de la estigmatización que le debe más a la psiquiatría que a la política.

 

Luego de deshacerse del sector más importante e incómodo de la intelectualidad y abolir la libertad de prensa, el resto era sólo cuestión de corromper el lenguaje e insertarlo en el nuevo contexto. El “Comunismo” fue sustituido por “Revolución”, “Compañero” adquirió una connotación política que sólo podía ser utilizada para describir a los incondicionales, “Ciudadano” se convirtió en un término para calificar a los “no identificados”, “Individuo” tendría la función peyorativa de definir a los “sospechosos”.

 

La reestructuración del idioma pasaría por un proceso redifinitorio que convertiría el término “Sacrifico” en sinónimo de “Propósito” o “Meta final”, “Alternativa” sólo tendría sentido significativo como palabra asociada con “Obediencia”, y “Libertad” describiría la “Incondicionalidad ideológica” a la que debe someterse voluntariamente un ciudadano, independientemente de su inconformidad.  Las metáforas, construidas a partir de la nueva semántica revolucionaria podrían alcanzar una extensión enciclopédica, por lo que “para muestra, baste un botón”.  El cubano ha aceptado la descalificación como la consecuencia de su condición de inadaptado que no encuentra el camino que le permita encajar en el concepto del “Hombre Nuevo”.

Por Ernesto Aquino

 

Artículo de La Nueva República, el semanario del CID.

 

 

Un comentario

  1. Pancho 21 enero, 2019 en 10:55 am - Responder

    Muy acertada reflexion! En definitiva es un lavado de cerebro colectivo con el unico fin de «alienar» los cubanos (como diria el «hermano Marx» hablando del capitalismo»)

Deja tu comentario