La era de la subvención norteamericana al castrismo

Por |2015-01-26T18:41:00-06:0026 enero, 2015|Varios|Sin comentarios

Recientemente asistí a una
conferencia en Miami donde escuché repetidas veces que el drama de Cuba es un
problema entre cubanos, que tenemos que resolver los cubanos solamente.
Es una visión sublime y en
muchos casos sincera.  Pero la realidad
es que no podemos ignorar la injerencia extranjera en Cuba, porque de lo contrario
nos convertiríamos en cómplices de los intereses políticos y económicos que han
guiado y continúan guiando las relaciones de la mayoría de los gobiernos con el
régimen castrista.
En primer lugar, hoy no se
puede hablar de Cuba sin hablar de Venezuela, porque no se puede resolver, negociar,
separar un problema del otro. Es como intentar curar un cáncer extirpándolo
parcialmente con el optimismo de que su crecimiento se va a detener, o lo que
es peor con la intención de engañar a los demás.
La verdad es que en nuestro
continente los países con necesidad de petróleo venezolano han estado más
interesados en recibir petróleo subvencionado que en defender una democracia
camino a desaparecer en Venezuela y mucho menos a una oposición en Cuba, arrinconada
y atropellada por los progenitores del chavismo.
Por esta razón la dictadura
castrista es respetada y admirada por unos cuantos gobiernos que saben que
honrando a los progenitores castristas disfrutarán de la benevolencia del
primogénito venezolano.
Otros quizás con menos intereses
económicos han usado el problema cubano para demostrar su independencia de los
Estados Unidos, manipulando demagógicamente los sentimientos anti-yanqui de
minorías muy activas en sus países. 
Unos y otros votan en Naciones
Unidas contra el embargo americano mientras convenientemente callan los
crímenes que el régimen castrista comete contra nuestro pueblo, especialmente
contra todo aquel que exija públicamente el respeto a los derechos humanos.
Lamentablemente el gobierno del
presidente Obama, en su afán de recibir el aplauso de los desvergonzados
gobiernos latinoamericanos se ha unido al coro de los que repiten –por
conveniencias muy propias– que el embargo es contraproducente y que ha
fracasado en propiciar el cambio en Cuba. 
Como si el régimen no se hubiera mantenido artificialmente por 50 años
de ayuda masiva de sus aliados extranjeros.
Es como querer ignorar que la
única razón que los chavistas han logrado sobrevivir el heroico reto de la oposición
venezolana volcada en las calles, es por la combinación de la apatía de las
democracias del continente y la presencia castrista asesorando y participando
en crímenes contra demócratas venezolanos.
La realidad es que el régimen para
subyugar a nuestro pueblo se ha apoyado en más de  tres décadas de subvención soviética, y unos 15
años de subvención chavista. Ahora Castro cree que ha logrado la era de la subvención
norteamericana.  
Es necesario que sigamos
denunciando a los cómplices. Que los llevemos ante el tribunal de la decencia para
que sean condenados por sus pueblos y por la historia. 
Pero es más importante hacer un
inventario de nuestras fuerzas y que desarrollemos una estrategia que nos
permita potenciar esas fortalezas para lograr el apoyo de los demócratas en el
mundo entero que pueden ser solidarios con nuestro causa.
No nos engañemos.  Hasta el más incauto entre nosotros sabe muy
bien que sin la presión económica y política de la comunidad internacional, los
habitantes de África del Sur todavía sufrieran del injusto y vergonzoso
apartheid.
¡La lucha continúa!

Por Rogelio Matos, Secretario General del CID.

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  1. PANCHO 29 enero, 2015 en 11:32 pm - Responder

    Sin el apoyo internacional de nada serviría nuestra lucha. No en balde nuestro Apóstol viajo intensamente a pesar de las dificultades de la época. IVÁN A. SCHULMAN describe perfectamente al infatigable Apóstol en su peregrinaje y lucha por la independencia: España, Méjico, Santo Domingo, Venezuela, Haití, Paris, New York, Panamá, La Nouvelle Orleans etc., Prácticamente cada ano viaja a un país distinto. Países donde Martí va forjando su proyecto a la luz de lo que ve en esos lugares y va sembrando la idea de la independencia (JOSÉ MARTÍ: MIGRACIONES, VIAJES Y LA CREACIÓN DE LA NACIÓN CUBANA POR University of Illinois, Champaign-Urbana PATRIA Y NACIÓN Migraciones del siglo XIX. )
    Ese mismo afán de dar a conocer al mundo las injusticias del castrismo llevo a nuestro inolvidable Comandante Huber Matos a recorrer prácticamente la América Latina, los Estados Unidos y Europa.
    Yo tuve el placer de acompañarlo ( a pesar de sus años y enfermedades) en sus múltiples viajes a España :en varios congresos pro-democracia con Vargas Llosa y delegaciones de cubanos, en el Tribunal que organizamos contra Fidel (que estaba en Madrid den ese momento) en 1992 por crímenes de guerra en Angola, tribunal compuesto por grandes figuras políticas belgas (el exministro de la Defensa), francesas y españolas , en el Parlamento Francés donde pudimos encontrar Simone Veil ,en Bélgica ( en el Parlamento Europeo con nuestro entrañable amigo Bronislaw Geremek, Diputado y ex ministro de asuntos exteriores que tanto estimaba al Comandante y apoyo el CID) , en Viena para denunciar junto al Dalai Lama los atropellos contra los derechos humanos, en Polonia, etc.
    Huber Matos, como José Martí llevo por el mundo la palabra « libertad » en nombre del pueblo cubano oprimido por la Dictadura de Fidel.

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