En días pasados Humberto López, el vocero de la pandilla militar que desgobierna a Cuba, escenificó en televisión una bufonada tan perversa como insolente. Este goebelito castrista, tratando de copiar a Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Hitler que se hizo tristemente famoso por afirmar que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” creyó que lograría convencer con sus mentiras retrasmitiendo públicamente conversaciones privadas de ciudadanos que ningún gobierno decente podría usar ni ninguna legislación justa lo permitiría.
Qué miserable régimen defiende y representa el señor López que tiene como práctica espiar a los ciudadanos cubanos y a los extranjeros para, manipulando sus conversaciones, videos y fotos, hacerlos parecer como mercenarios, gusanos, traidores, vende patrias y todos los adjetivos que la pandilla a la que él pertenece utiliza para denigrar, aplastar, encarcelar y asesinar a quienes durante seis décadas han tratado de exigir el respeto a los derechos humanos en Cuba.
Régimen, pandilla y mafia que por décadas ha entrenado terroristas extranjeros, los ha provisto de recursos y les ha dado instrucciones y órdenes para que siembren el terror y la muerte en otros países. Todo bajo la bandera del internacionalismo proletario que no ha sido otra cosa que una frase hueca e hipócrita, para justificar hasta la intervención militar en otras naciones.
No fue otro que Fidel Castro quien pidió ayuda en los Estados Unidos para dar inicio a su aventura insurreccional, como la pidió a muchos ricos nacionales y extranjeros para llevarla a cabo. También la solicitó al presidente José Figueres en Costa Rica pidiéndole armas para enfrentar a las tropas de Batista en la Sierra Maestra, armas que llegaron justamente a tiempo para detener la ofensiva de 1958. Vladimir Lenin igualmente recibió la ayuda del gobierno alemán para llegar a Rusia y participar en actividades terroristas una vez que el Zar había sido derrocado.
Qué hay de mercenario en que personas y organizaciones fuera de Cuba ayuden económica y moralmente a los cubanos que acorralados por la mafia militar castrista tratan sin libertad ni recursos, de exigir espacio legal, económico, intelectual y artístico para el pueblo cubano. Eso es internacionalismo democrático de lo que hace falta mucho más en el mundo y en particular mucho más a favor de los pueblos ultrajados y explotados como el pue-blo cubano, el nicaragüense y el venezolano.
Se burló el cínico y cobarde goebelito castrista de los cubanos que hacen huelgas de hambre tratando de demostrar que no son auténticas huelgas. Se burló hasta de Orlando Zapata Tamayo, a quien no tuvo el valor de mencionar por su nombre, mártir que murió hace diez años en una huelga de hambre en prisión exigiendo respeto a sus derechos.
Si la pandilla militar que gobierna en Cuba no tuviera tanto temor del pueblo cubano, ¿qué importaría que Luis Manuel Otero Alcántara, un artista acorralado en su casa, dentro de su casa, se hubiera declarado en huelga de hambre exigiendo que le devuelvan las obras de arte que le fueron robadas y que le indemnicen las que destruyeron? Exigiendo que lo dejen en paz, que lo dejen vivir. ¿Cuál sería el problema? ¿Por qué tanto aspaviento? ¿Por qué detienen a quien quiere ir a visitarlo? ¿Por qué han puesto varios anillos de seguridad alrededor del barrio San Isidro? ¿Por qué los vecinos están aterrorizados? ¿Por qué el gobierno lo insulta, lo denigra y también lo hace con quienes lo apoyan desde dentro y fuera de Cuba?
La verdad es que la pandilla militar tiene miedo porque el pueblo cubano quiere un cambio hacia la libertad, el progreso y la justicia. Porque el pueblo cubano ya no les teme como antes les temía, porque el pueblo protesta por el hambre, por la falta de medicinas por el desastre que se ha convertido el espejismo de la potencia médica, por los privilegios y la corrupción de los de arriba.
Humberto López debe recodar que su admirado Joseph Goebbels, ante el desplome de la monstruosa dictadura de Hitler, decidió enve-nenarse con cianuro y con el mismo veneno murieron su mujer y sus seis hijos. Que tome nota este insolente payaso castrista, que se ha convertido en un instrumento de la mentira y la perversidad para el pueblo cubano.
Por el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Cuba Independiente y Democrática (CID):
Rogelio Matos Araluce, Yanelis Jiménez Téllez, Laura Labrada Pollán, Francisco Condis y Troyanos, Yasmani Díaz Romay, Nivardo Amelo Ramírez, José Rolando Caseres Soto .
Artículo de LNR 278-B
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