La lucha por la ciudad de Kherson en el sureste de Ucrania podría comenzar en cualquier momento. Sergei Surovikin, el nuevo general a cargo de frenar los reveses rusos en Ucrania reconoció públicamente que la situación en el área de Kherson era “tensa” y se ordenó a sus residentes que salieran el miércoles por la mañana en anticipación a una gran ofensiva ucraniana. Al menos 50,000 habitantes serán transportados en una operación que, según las autoridades pro-Moscú, tomará cerca de una semana.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky se reunió con asesores sobre el sistema energético del país mientras los ataques rusos causan “apagones masivos”.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia plantearán el tema de la transferencia de armas de Irán a Rusia en una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, según diplomáticos familiarizados con la situación.
En encuestas hechas a la población ucraniana es mayoritaria la decisión de continuar con la guerra. La demostración de capacidad militar del ejército ucraniano en la ofensiva iniciada en septiembre ha sido un estímulo importante para la población.
Lejos de debilitar la voluntad de asistir a Ucrania, los países aliados han redoblado su compromiso de enviarle lo que necesite para expulsar a las tropas rusas de su territorio. Aunque no se ha mencionado directamente la península de Crimea, anexada por los rusos desde 2014, sería difícil persuadir a los ucranianos de no continuar su ofensiva hasta recuperarla.
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