Tres años han transcurrido desde que la Liga de Campesinos Independientes y el capítulo cubano de la FLAMUR, Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, enviaran al gobierno y al partido comunista una propuesta para evitar la hambruna que se vislumbraba sobre la isla.El documento titulado “Sin campo no hay país” era una solicitud para que el estado cubano tuviera en cuenta cinco medidas en la agricultura para frenar la crisis que se aproximaba.
Esteban Ajete Abascal, presidente de La Liga de Campesinos, relata que sucedió después hasta hoy.
“El gobierno hizo oídos sordos a nuestros reclamos y se están recogiendo esos frutos: hambruna. Para hablar del estado actual de los campesinos habría que profundizar en muchos aspectos, pero que yo recuerde nunca el campesino cubano ha contó con un reconocimiento, con una independencia y una solvencia económica capaz de poner al nivel de otras economías en el mundo. En Cuba desde 1959 después de la mal llamada reforma agraria y desde la segunda expropiación de tierras los campesinos no han podido gozar de una libertad que les permita ser dueños de sus propios recursos, comenzando por la tierra y eso es fatal para el hombre que produce”.
“Siempre el estado cubano ha sido el rector de todos los recursos de los campesinos y esto le resta ventaja porque cuando no eres dueño de lo que produce, de lo que eres capaz de crear con tus manos, cuando no puedes tomar decisiones con respecto a lo que tienes, cuando tienes que esperar que desde arriba bajen las directivas para saber lo que tienes que sembrar, cómo tienes que sembrar, que tipo de cosechas tienes que hacer, cuales son los precios que tienes que ponerle a tus propios productos y solo a ellos se los puedes vender, es un verdadero abuso”.
“Nosotros en la campaña Sin campo no hay país en aquel entonces 2020, alertamos al gobierno cubano de la hambruna que se avecinaba, siempre conscientes de que estábamos frente a un régimen sordo, que lo justifica todo y como herramienta del terror siempre utiliza la amenaza, la represión, pero nos correspondía a nosotros entrarle al asunto de frente y lo hicimos los campesinos independientes con ayuda de organizaciones internacionales, que nos han apoyado en la propaganda y difusión de la campaña, pero al final el gobierno respondió con represión”.
“Los campesinos cubanos viven hoy en una pobreza total, junto a sus familias. Solo hay que ver las estructuras de sus viviendas, sus aperos de trabajo, cuando enfocas una cámara a la vida del campo las imágenes hablan por sí solas, eso te da la medida de la falta de libertad que han tenido todas estas personas durante muchos años, cuando vemos a un campesino, lo mismo estadounidense o brasileño, o de alguna otra parte, que poseen extensiones de tierras, medios de producción propios como tractores, camiones, equipos pesados y que tienen niveles superiores, te das cuenta de nuestra miseria, no bastaría una vida para que los campesinos cubanos vuelvan a ponerse a los niveles de otros campesinos en el mundo.
“Todas las empresas del estado creadas para medrar en el sector agrícola, someten y explotan a los campesinos. Tanto Acopio, como la Empresa de Beneficio del Tabaco, la ANAP, (Asociación Nacional de Agricultores pequeños), las CCS, (Cooperativas de Créditos y Servicios), las CPA (Cooperativas de Producción Agropecuarias), lucran con el sudor del campesino.
“El gobierno mantiene contra las exigencias de los derechos en el país una política de Lima sorda. Nos corresponde a nosotros como Sociedad Civil, y en este caso los campesinos independientes cubanos, luchar para que cambien las cosas”.
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Esto tiene que cambiar
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