Editorial
Este 16 de febrero la mayoría de las naciones representadas en la Asamblea General de la ONU apoyaron con sus votos una resolución condenando los crímenes de la dictadura de Bashar al Assad contra el pueblo sirio. El embajador egipcio, Maged Abdelfattah declaró: «Renovamos el rechazo absoluto al uso de la violencia contra civiles y pedimos al Gobierno sirio que escuche las peticiones de su pueblo, satisfaga esas demandas y detenga el baño de sangre».
Según la ONU en Siria han perdido la vida más de 5400 personas, entre ellos 400 niños. Hace más de una semana los tanques de guerra de la dictadura bombardean la ciudad de Homs y francotiradores del régimen cazan a los civiles en las calles, sin embargo las protestas continúan.
Solo los regímenes de Rusia, China, Irán, Bielorrusia, Zimbabue, Corea del Norte, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Ecuador tuvieron la desvergüenza de votar contra el mundo entero.
Con el repudio generalizado contra los regímenes que apoyan el genocidio en Siria, entre ellos el que todavía desgobierna en Cuba, quedan identificados como socios del crimen y del abuso del poder, gobiernos que merecen el rechazo de toda la humanidad.
Quien se llame “revolucionario” en Cuba, alegando ser simpatizante o miembro del régimen, debe saber que forma parte de una pandilla que el mundo civilizado censura y desprecia. Los crímenes de Assad en Siria han obligado una vez más al castrismo a quitarse la careta ante la comunidad internacional. Los demócratas cubanos aplaudimos y nos solidarizamos con el pueblo sirio en su lucha por la libertad.
*LNR es el semanario del Partido Cuba Independiente y Democrática en Cuba
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