LO QUE YUNIOR GARCĺA EVITÓ FUE UN ASUNTO DE HONOR PARA OTROS

Por |2021-12-14T11:25:43-06:0013 diciembre, 2021|La Nueva República, Relaciones Internacionales, Represión|Sin comentarios

 

 

Huber Matos

El 3 de Agosto del 2017 apenas a 12 horas del cumpleaños de mi hija mayor y también buscando un medicamento para mi niño de tres meses de nacido fui sorpresivamente secuestrado en la calle y llevado a la prisión provincial de Pinar del Río, Kilo 5 y medio, sin que mi familia supiera mi paradero.

 

El lunes 14 de agosto, después de llevar 8  días en celda de castigo porque a mi llegada a la prisión me negué a ponerme el uniforme de preso común, el  teniente coronel Yusmany Miranda ordenó que me enviaran a celda de castigo en el Área 3,  luego de 8 días sin comunicación con mi familia y sin tomar alimento alguno y en ropa interior se me trasladó al depósito del Área 1 para realizar la documentación  como interno de control penal.

 

Allí, la mayor Sucelys,  jefa  de control penal y del depósito, me comunicó que dentro de unos días me daban una visita y que ya le habían notificado a mi familia. En ese lugar se me permitió estar de ropa civil ya que en el depósito existía presos con ropa de civil y otros con uniforme por ser un cubículo transitorio solo por pocos días para los nuevos ingresos.

 

El lunes 14 de 2017 en la mañana me sacan del depósito hacia una oficina de Orden Interior. El Capitán Eliezer junto a un grupo con el teniente coronel Yusmany y el oficial de la seguridad de estado Beune, me comunican que mi esposa está en el área de visita con mi familia y me muestran por la ventana cuando van entrando.  No puedo describir lo que sentía en ese momento pero la alegría  se transformó en indignación al  oír las condiciones que debía cumplir para ver a mi familia.

 

Tenía que ponerme el uniforme de preso común y decirle a mi esposa que no denunciara mi situación y se alejara de todo contacto con opositores para no perjudicar mi estancia en la prisión que sería corta pues me enviarían de «mínima» para un centro abierto.  Al escuchar todos esto me negué y con el dolor que sentía regrese sin ver a mi seres queridos pero sabía que mi esposa entendería y me apoyaría en esta decisión.

 

Me volví más fuerte porque nunca lograron que me pusiera ese uniforme de preso común y por donde pasaba en cualquier área algunos presos decían ahí viene el político, ese si es igual que Fleytas  preso de grupo de los 75 que ganó la admiración en las cárceles cubanas.

 

Dos meses después de aquel momento pude encontrarme por primera vez con mi familia sin tener que usar el uniforme de preso común ni aceptar ninguna condición. Cumplí 4 años y 11 meses encerrado y nunca acepte condición alguna de las autoridades penitenciarias, ni tampoco de la seguridad de estado.

 

Debemos recordar los presos políticos y sus sufrimientos al pasar de los años.  Los primeros presos políticos al inicio del régimen comunista son nuestro faro guía en nuestra lucha fuera y dentro de las prisiones del régimen.

 

Gloria a los Presos Políticos Plantados  y libertad para lo que aún se encuentran  las cárceles. Viva la memoria de Huber Matos. ¡Viva Cuba libre! ¡Patria y Vida! ¡La Lucha Continúa!

 

Por José Rolando Cásares Soto, Coordinador de Relaciones Internacionales del CID y miembro del Comité Ejecutivo Nacional.

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