El Congreso de los Estados Unidos (demócratas y republicanos) aprobó un presupuesto de defensa que se considera la más fuerte medida contra China en toda la historia. Se autorizaron $716.000 billones de dólares de gastos de defensa para el próximo año. Entre los objetivos están contrarrestar medidas del gobierno chino, que incluyen el aumento de la actividad militar en el Mar del Sur de la China, detener la piratería de la tecnología de avanzada por parte de China y frenar la propaganda del Partido Comunista Chino en las instituciones de los Estados Unidos. Cuando el presidente Trump lo firme se convertirá en ley.
Esta legislación refleja la opinión de que los Estados Unidos han entrado en una era de rivalidades entre las grandes potencias por lo que deben prepararse para competir con Rusia y China. En un sumario no clasificado de “La Estrategia Nacional de Defensa”, se indica que: “El reto central para la prosperidad y seguridad de los Estados Unidos es la reemergencia de una estrategia de competencia a largo plazo…China está modernizando su capacidad militar, sus operaciones de influencia y su política económica predatoria para coaccionar a países vecinos y así reordenar la región Indo-Pacífica para su ventaja”.
La consecuencia de esta nueva política para las Mafias del Siglo XXI en Cuba, Venezuela y Nicaragua
La consecuencia de esta nueva política para las Mafias del Siglo XXI en Cuba, Venezuela y Nicaragua, son muy serias. Venezuela, bajo el control del chavismo castrista es un problema de seguridad nacional para los Estados Unidos por tener las reservas de hidrocarburos más grandes del mundo, por su posición geográfica en Suramérica y por sus estrechas relaciones con China, Rusia, Irán y el terrorismo islámico. El castrismo en Cuba, que en los círculos de poder en Washington se consi-dera “la fuente de todo mal” no puede escapar de ser un asunto a resol-ver con igual prioridad. Daniel Ortega en Nicaragua está en la lista.
Este 26 de julio Raúl Castro reconoció que: “Para nosotros igual que para Venezuela y para Nicaragua está claro que se estrecha el cerco y nuestro pueblo debe estar alerta y preparado para responder a cada desafío con unidad, firmeza, optimismo y fe inquebrantable en la victoria”.
Lo que posiblemente no entienden Raúl Castro y sus allegados es que esta situación, lejos de ser una cuestión de enemistad con Washington es un problema estratégico de seguridad para los Estados Unidos y para Latinoamérica. Además, el pueblo cubano, lejos de tener fe lo que quiere es la desaparición del castrismo. La dictadura está en la quiebra económica y moral, no van a lograr las inversiones extranjeras necesarias para sostenerse cuando Venezuela deje de mantenerla y las fuerzas armadas en Cuba
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