Martí: La lucha continúa y Jaime Suchlicki: En la historia de Cuba, en un día como hoy….

Por |2019-05-19T10:59:56-06:0019 mayo, 2019|CID, Historia, Otros|Sin comentarios

Delegación del CID “Renacer” en Pinar del Río, honrando el legado de Jose Martí en el compromiso del CID y el ejemplo del Comandante Huber Matos.

Hacer cada uno su parte del deber es el único modo de mantenerlo vivo por siempre. Han pasado 124 años de su muerte física, pero el CID atravez de sus luchadores comprometidos han demostrado a lo largo de estos 60 años de dictadura que cada vez estamos más cerca de el triunfo. Martí: La lucha continúa.  Por Sunher Víctor Pérez Martínez.

 

 

Estatua de José Martí en el Parque Central de Nueva York en Mahattan y en el comienzo de la Avenida de las Americas.

En la historia de Cuba, en un día como hoy….

Muere José Martí en Dos Ríos
19 de mayo de 1895

José Julián Martí y Pérez (1853-1895), el héroe más importante de Cuba y el escritor más influyente. Revolucionario, poeta, periodista y principal organizador de la Guerra de Independencia de 1895-1898, fue el apóstol de la independencia de Cuba. Nacido en La Habana, el 28 de enero, de padre valenciano y madre «isleña», pasó sus primeros años como un entusiasta estudiante. Su entorno y sus profesores despertaron en él una devoción por la causa de la libertad. Se inscribió en el Instituto de Segunda Enseñanza, pero pronto fue arrestado por razones políticas. Después de cumplir varios meses de trabajos forzados, fue deportado a España en enero de 1871. Para entonces ya estaba recibiendo reconocimiento como escritor. A la edad de 15 años había compuesto varios poemas, y a los 16 publicó un periódico, La Patria Libre, y escribió un poema dramático, Abdala. En España reanudó sus estudios y publicó un ensayo en el que se denunciaba la opresión española y las condiciones en las cárceles cubanas, El Presidio político en Cuba. En 1874 se licenció en Filosofía y Derecho en la Universidad de Zaragoza. Después de viajar por Europa, trabajó como periodista en México entre 1875 y 1877, realizó una breve visita a Cuba y se estableció en Guatemala, enseñando literatura y filosofía. Allí se casó con Carmen Zayas Bazán, hija de otro exiliado cubano y poco después publicó su primer libro, Guatemala. Descontento con la vida bajo el presidente liberal pero autocrático de Guatemala, Barrios, regresó a Cuba, en diciembre de 1878, con la esperanza de que la Paz de Zanjón hubiera mejorado las condiciones allí. Sin embargo, las autoridades pronto descubrieron sus actividades revolucionarias y nuevamente lo deportaron a España. Escapó a Francia, y se mudó a Estados Unidos y Venezuela.

 

Finalmente, en 1881 hizo de Nueva York su hogar, aunque continuó viajando por América Latina y analizando sus problemas. Escribiendo una columna regular para La Opinión Nacional, de Caracas y La Nación, de Buenos Aires, ganó reconocimiento en toda Hispanoamérica. No solo sus artículos, sino también su poesía y su prosa, ambos precursores del Modernismo, se hicieron populares. Su poesía se reservó principalmente para la expresión de sus pensamientos más íntimos, sus amores y su creciente preocupación por la muerte. En 1882, sus poemas más significativos registraron sus tiernos sentimientos por su hijo y su patria, expresados en métricas regulares pero en un estilo que presagia el Modernismo, en la colección Ismaelillo, llamada así por su hijo. Sus poemas más conocidos son sus Versos Sencillos, que enfatizan temas como la amistad, la sinceridad, el amor, la justicia y la libertad. Martí también se ganó los corazones de muchos jóvenes latinoamericanos con su Edad de Oro, una revista especialmente dedicada a los niños. Su mayor aporte a las letras hispanoamericanas fueron sus ensayos. Escritos en un estilo personal elevado, la renovación modernista del lenguaje que los caracterizó marcó el inicio de la nueva prosa hispanoamericana.

 

Martí se dio cuenta muy pronto de que la independencia era la única solución para Cuba, y que esto solo podía lograrse a través de una victoria militar obtenida tan rápidamente como para impedir la intervención de Estados Unidos. Su temor a una dictadura militar después de la independencia lo llevó a la ruptura, en 1884, con los generales Máximo Gómez y Antonio Maceo. Su retiro terminó en 1887 y los tres hombres continuaron trabajando juntos, con Martí asumiendo el liderazgo político. En 1892 formó el Partido Revolucionario Cubano en Nueva York y dirigió sus esfuerzos hacia la preparación de una guerra contra España. Lo que distinguió a Martí fue su capacidad de organización y armonización. Su oratoria inspiró a sus oyentes que admiraban su fe y sinceridad, y su convicción en las ideas que estaba persiguiendo se ganó para él el respeto y la lealtad. Sus escritos no eran meros ejercicios retóricos, sino enseñanzas morales destinadas a hacer un mejor ser humano. Su importancia trascendió a Cuba. Al igual que Simón Bolívar, pensó en términos de un continente y defendió la unidad de América Latina. Sus escritos e ideas tuvieron impacto en toda Latinoamérica. Cuando en 1895 dio la orden de reanudar las hostilidades, sintió que no podía quedarse atrás en Nueva York y regresó a Cuba para liderar la campaña. Poco después, el 19 de mayo, fue herido de muerte en una escaramuza en Dos Ríos.

*Jaime Suchlicki es Director del Instituto de Estudios Cubanos, CSI, un grupo de investigación sin fines de lucro en Coral Gables, FL. Es el autor de Cuba: De Colón a Castro y más allá, ahora en su quinta edición; México: de Montezuma al ascenso del PAN, 2ª edición, y de la recientemente publicada Breve Historia de Cuba.

 

Artículo de La Nueva República

 

 

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