MI HONRA VALE MÁS QUE MI VIDA

Por |2012-06-17T15:56:00-06:0017 junio, 2012|Varios|Sin comentarios
Opinar
sobre las razones que en un momento de la historia motivaron a una
persona  a actuar de una u otra forma, requiere tener un conocimiento
muy completo de las circunstancias.  Es necesario estudiar los hechos
con toda objetividad y tratar de hacer una radiografía de los
pensamientos y sentimientos del individuo sobre el que se va a hablar. 



Si en lugar de
indagar la razón por la que alguien tomó una decisión se trata de
juzgar  la conducta  del  individuo, es decir emitir una opinión sobre 
lo que debió haber hecho, ya no estamos en el campo de la historia sino
en el de la moral.  Es un terreno que se presta tanto a la conjetura sin
fundamento como a la falacia. 



De vez en
cuando uno lee o escucha a alguien que dice con toda certeza lo que
debía haber hecho Huber Matos hace más de medios siglo. Juzgar  lo que 
debió hacer Huber Matos es asumir que en ese momento Matos tenía una
bola de cristal con la que veía el futuro de Cuba y también una varita
mágica con la que lo podía cambiar.  No tenía ninguna de las dos cosas.



Hace más de
cincuenta años la situación en Cuba era confusa, compleja e incierta. 
Ante la evidencia de la infiltración comunista, Huber Matos habló del
problema con los principales dirigentes del Movimiento 26 de Julio y del
gobierno revolucionario.  La mayoría pareció compartir su
preocupación.  También habló con Fidel Castro sobre el asunto.  Como
Fidel dio  largas a su compromiso de una reunión entre los cuatro
(Fidel, Huber, Raúl y el Che) para aclarar las dudas, Huber Matos
renunció en octubre de 1959 explicando que no estaba de acuerdo con la
creciente influencia de los comunistas en la revolución e insistió  que a
los cubanos se les había prometido una democracia.



Renunciar en
aquellas circunstancias era retar a Fidel Castro, el Dios de Cuba para
la mayoría de la población.  Había que estar dispuesto a enfrentar el
paredón de fusilamiento.  Tres meses antes, en junio, el  Comandante
Pedro Luis Díaz Lanz, un hombre muy valiente y audaz, huyó  de Cuba en
un velero y denunció la conjura  comunista desde el exterior. En Julio
Fidel Castro amenazando al presidente Manuel Urrutia con una turba que
rodeó la presidencia lo obligó a renunciar. Urrutia estaba muy
preocupado por la influencia  comunista, se asiló en una embajada y
salió del país.



Cuando Huber
Matos se dio cuenta de que iban a arrestarlo, en lugar de montarse en el
avión que le ofrecieron para que huyera de Cuba, hizo una grabación
ratificando su denuncia.  Se arriesgó a todo con el propósito de obligar
a Fidel a una definición pública del camino que tomaría la revolución. 
En  privado Fidel le había asegurado a Huber que Raúl y el Che no le
iban a quitar su revolución.  En público había repetido que él no era
comunista ni la revolución tampoco. 



Camilo
Cienfuegos desapareció una semana después de estar preso Huber Matos. 
Ellos eran amigos desde la Sierra Maestra y habían conversado sobre el
problema del comunismo.  En la sesión de ministros en que Fidel Castro
insistió en el fusilamiento de Huber, cuando esta terminó y salían
todos, el Che le dijo  a Fidel: “si insistes en fusilar a Huber vas a
tener que fusilar a todos los ministros”.  En  una reunión entre mi
madre y el Che, este le dijo: “Lo que está haciendo Fidel es un error. A
Huber lo que hay que hacer es dejarlo que se vaya para su casa”.



Quizá por estas
razones, antes del juicio, Fidel le manda una oferta a su celda en la
cárcel: Si aceptas lo que he dicho en público, te vas a tu casa
tranquilamente.  La respuesta de Huber fue: “Mi honra vale más que mi
vida”.  Huber quería el juicio para defenderse y obligar a Fidel a definir el curso de la revolución.   Por esos objetivos estuvo
dispuesto al fusilamiento o a pasar la vida en prisión. Si Huber Matos
hubiera tenido una bola de cristal, quizás habría intentado matar a
Fidel Castro.  Tampoco era fácil.   Habrían quedado el Che y Raúl con el
poder y un pueblo enardecido y fanático al extremo.  De todos los
dirigentes de la revolución con los que Huber habló del problema
comunista ninguno dio un paso al frente para enfrentar a Fidel Castro en
aquellos momentos.  Camilo como sabemos acababa de desaparecer.



La denuncia del
Comandante Pedro Luis Díaz Lanz en los Estados Unidos, la renuncia y el
exilio del presidente Urrutia y la denuncia, el arresto, el juicio y la
condena de Huber Matos,  fueron determinantes en que mucha gente que
estaba ciega abriera sus ojos en Cuba y en el exterior.  La rebeldía
contra Fidel Castro creció y se fortaleció. Muchos cubanos se unieron  a
grupos clandestinos para luchar contra un gobierno que todavía no había
consolidado su maquinaria represiva.



Si los Estados
Unidos, ante todos esos hechos y otros que no se mencionan aquí, se
decidieron a derrocar a Fidel Castro y fracasaron eso es otra cosa.  El
fracaso de los Estados Unidos en Playa Girón consolidó al castrismo. 
Los Estados Unidos abandonaron a los cubanos que desembarcaron en Girón,
no ayudaron a los guerrilleros que lucharon en la Sierra del Escambray y
pactaron con los soviéticos a partir de la crisis de los misiles.   Las
fallas de los Estados Unidos no exonera a los dirigentes cubanos del
exilio de la suyas.  Pero como en el caso de Huber Matos, a la hora de
repartir responsabilidades hay que estar muy informado.  Hay que ponerse
en el tiempo y en lugar y vestirse con los pantalones de los actores.

Por Huber Matos Araluce
Fuente Patria, Pueblo y Libertad


No hay comentarios

  1. Alejandro De Fez 18 junio, 2012 en 9:01 pm - Responder

    CUBA, CUBA, Y MAS CUBA POR ENCIMA DE TODO, el cielo de un tal fidel, por lo visto….

    http://kaoshispano.blogspot.com.es/2012/06/historica-discusion-con-matistas-del.html

  2. Oscar Pocurull 19 junio, 2012 en 1:15 am - Responder

    Comandante Huber Matos mi respeto y solidaridad ante Ud; cuando usted despues de salir de la condena emprendio a USA el largo camino del Exilio; siempre pense que en Ud; teniamos el regreso pronto a la Patria, es mas ,aqui en Chicago que hubo una reunion del Cid yo me hice miembro de su Partido siempre con la esperanza que la llamada a la defensa de la Patria no se hiciera esperar; pero desconozco las circunstancias que lo llevaron a Usted a esa posicion y razones tendra. De la misma forma que tuvimos un gran hombre en Pedro Luis Diaz Lam

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