Muere combatiente internacionalista abandonado por el gobierno

Marcelino Arancibia Rodríguez, vecino de Las Delicias, en el municipio San Juan y Martínez, provincia Pinar del Río, falleció el 24 de mayo del presente año. Cinco horas antes del fallecimiento fue asistido por Yusniel Pupo Carralero directivo del CID en el municipio, quien con ayuda de varios vecinos le dieron alimento y agua para beber, después de haberlo encontrarlo desmayado de hambre y tirado en el piso. 

Más tarde estas mismas personas fueron otra vez a su auxilio, pero ya era tarde, esta vez se encontraba en una situación muy crítica. Una vecina enfermera de profesión, que no quiso que se revelara su identidad por temor a represarías, le tomo el pulso y aun se encontraba con signos vitales, aunque muy débiles. 

Pupo Carralero llamó a varios lugares, entre ellos a 106-PNR, 104-central de ambulancia, 4879 8166-oficina del director del policlínico municipal- y al 4879 8332-cuerpo de guardia del policlínico- y nadie se hizo cargo de la situación. 

Al ver el desinterés de las instituciones correspondientes, Pupo Carralero y un taxista de nombre Mario lo trasladaron hasta el policlínico “Isidro de Armas”, donde al llegar nadie le prestó auxilio, dándolo por muerto. A la media hora y después de varias discusiones con los profesionales de la salud que allí se encontraban, lo montaron en una camilla y el médico de guardia dio el veredicto final.  

Marcelino Arancibia Rodríguez fue combatiente internacionalista de la revolución cubana.  Desde hace varios años se encontraba viviendo en un bohío en pésimas condiciones. Se alimentaba gracias a los favores de sus vecinos y lo que mendigaba en las calles. A pesar que se hicieron varias gestiones para que el gobierno tomara conciencia de la situación crítica en la cual se encontraba una persona que arriesgo su vida por la revolución, el mismo gobierno que el defendió un día, le dio la espalda. 

Historias como estas de abandono total por parte del gobierno se viven a diario, en un país donde los hijos de los defensores del proletariado asisten a eventos muy lujosos como el desfile de Chanel.