Las páginas de la historia de Cuba están llenas de héroes y mártires anónimos. Muchos nombres de valientes cubanos se han tenido que mantenerse en silencio por su seguridad. Evilio Carcasé, (Mulato) fue uno de esos hombres que desde la clandestinidad ayudó mucho en la lucha contra la tiranía. Le conocí en nuestro pequeño batey del Central Algodonal, donde se estableció siendo un jovencito. Electricista de profesión, querido y respetado por todos y siempre dispuesto a ayudar a cualquiera que solicitara su ayuda. Desde los primeros días que comencé a conspirar contra la dictadura castrista me brindó su ayuda con un: “cuenta conmigo pá lo que sea”.
Muchas fueron las veces que cumplió su palabra durante las operaciones clandestinas que se realizaron dentro de la Isla, siempre con una serenidad y discreción admirable. Cuando escapé de la cárcel en el 1969, fue uno de los que arriesgó su vida para ayudarme a evadir la persecución de los esbirros castrista, hasta la misma noche que me acompañó hasta las costas de la Base Naval de Guantánamo desde donde crucé a nado a la libertad.
Me cuenta mi familia que él estaba fuerte y trabajando en el patio de su casa y que hace unos días atrás lo llevaron al hospital de Santiago de Cuba por complicaciones en los riñones. Lo ingresaron para ponerle unos sueros de antibióticos. Unos días después dicen que murió por efectos del virus chino, seguramente se contagió allí mismo porque los hospitales en Cuba son los principales focos de infección de la pandemia.
Hoy, desde cerquita de Dios, nuestro humano Mulato nos guía y alienta a continuar la lucha por la libertad de la patria. Hasta luego hermano, descansa en paz.
¡VIVA CUBA LIBRE! ¡LA LUCHA CONTINÚA!
Por Ángel Bueno, delegado del CID en Republica Dominicana (Es el autor de El Huber Matos que yo conocí a los 16 años en la lucha guerrillera).
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