Nadie nos va a quitar la flor

¿En qué parajes de la miseria humana extravió su camino la “Batalla de Ideas” que se entregó al delirio primitivo de las trincheras de piedra?  El comunismo es piadoso con la mentira; toma sus decisiones y no permite que la verdad lo confunda ni el sentido común lo distraiga. 

Del mismo modo que las Damas de Blanco lograron que la naturaleza bestial de la tiranía quedara expuesta ante el mundo a través del bochornoso espectáculo de los mítines de repudio, el periodismo independiente consiguió demostrar que la tan cacareada “Batalla de ideas” no era más que un bombardeo de consignas, amamantado por la impunidad de un poder que no le permite al ciudadano el ejercicio pleno de su derecho a la respuesta.

Pero la tecnología, el talento, la valentía y la solidaridad humana hicieron el milagro y en estos momentos el pueblo ya tiene voz, ya rompió las cadenas del aislamiento; ahora su dolor tiene un alivio: El periodismo independiente: Un ejército de hombres y mujeres que marchan por las calles de la denuncia con el gladiolo de la verdad y la razón.

Y la ideología socialista  -con su fragilidad de muñeco de yeso– sólo puede exhibir, como una vieja reliquia medieval, la rabieta de un fracaso indetenible  que llora su cobardía irremediable entre los pliegues de sus fusiles asustados y el regazo raquítico de la histeria y la grosería.

Todos los que elegimos la cruz del sacrificio para morir en ella todos los días, sabemos que nos aguarda un destino incierto, y que no todos veremos el amanecer de esta larga noche de dolor y muerte; pero todos los que apostamos por la vida, seguiremos poniendo el corazón sobre la espada hasta quebrar el frío acero del abuso, con la firmeza y el amor que ha de quebrar el yugo, la opresión y el odio que viven tras los muros canallas de las trincheras de piedra.

Nadie nos va a quitar la Flor que hará callar para siempre los cañones, ni apagará la Estrella generosa que pondremos a brillar en el alma de Cuba. Mucho nos costará la Luz; pero valdrá la pena cuando se derrame.