Bayamo, Cuba. noviembre 28 de 2016. Gracias a Dios el pasado viernes 25 de noviembre murió un demagogo con una increíble capacidad para engañar tanto a gente humilde como a estudiantes, periodistas, intelectuales y políticos fuera de Cuba.
Durante 60 años Fidel Castro sembró miseria, hambre y temor entre once millones de cubanos. Entrenó a terroristas de otros países y los ayudó a sembrar el odio y la muerte entre gente inocente. Colombia es una de esas naciones donde el apoyo del castrismo a los secuestros y los asesinatos cobraron víctimas por décadas.
En Venezuela la garra del castrismo ha sido fundamental en el estrangulamiento de libertades y derechos ya consolidados. La actual tragedia de Venezuela, independiente de la baja en los precios de petróleo que también ha afectado a otros países, no habría sido posible sin el padrinazgo maquiavélico y violento de Fidel Castro a Hugo Chávez y a su sucesor Nicolás Maduro.
No están entre nosotros los miles de cubanos que murieron luchando contra la dictadura, pero viven como ayer señalando el camino por el que tenemos que avanzar para alcanzar una Cuba independiente, democrática, prospera y justa.
En Bayamo ese día no se vio ningún tipo de sufrimiento solo un luto obligatorio en el que no se puede poner música ni tomar ron ni hacer nada que sea motivo de festejo porque podías ser encarcelado. En realidad todos sabemos y sentimos que el pueblo quiere festejar la muerte del hombre que tanto tiempo nos esclavizo.
Por Manuel Rogelio Rey Carvajal, Defensor del Pueblo y Delegado del CID en Bayamo.
Un dirigente puede engañar a un hombre todo el tiempo y a todo un pueblo durante poco tiempo. Pero no puede engañar a todo un pueblo todo el tiempo.