Bien se sabe que donde impera la propiedad colectiva, que termina siendo la del Estado y la de nadie más, no existen responsables directos de las consecuencias de los errores y la desidia. Esto ha traído como problema que en muchas áreas de la economía surja el deterioro y abandono de recursos aun útiles para el país. Esto es parte de la permanente contradicción entre la realidad y el discurso oficial.
Recientemente he tenido la posibilidad de caminar por los patios de Semillas El Baron, en San Juan y Martínez, Pinar del Río, área en la que se produce la semilla del mejor tabaco del mundo. He podido comprobar lo que me manifestaron algunos obreros de esta entidad. Hay una gran cantidad de bancos para colocar bandejas para semillas, que al parecer dejaron de ser útiles y la vía practica y fácil fue tirarlos a la intemperie bajo el sol y el agua donde se deterioran.
Quizás la administración de esta entidad no cuenta con un depósito de almacenamiento o con otras áreas en la que se puedan protegerlos para uso futuro. Pero podían transferirlos a otros organismos que los necesiten o facilitárselos a obreros que viven en viviendas en mal estado. Lo más seguro es que no tienen la voluntad de cuidarlos ni la de dárselos a quien los necesite.
Por Leodan Suarez Quiñones, Defensor del Pueblo, Representante de la Comunidad LGBT en el Occidente Cubano y Delegado del CID en San Juan y Martínez, Pinar del Río.
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