PARA PUTIN, LA VICTORIA DE TRUMP ES UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE GANAR LA GUERRA

Donald Trump y Vladimir Putin

 

Por Anton Troianovski y Valerie Hopkins

Fuente The New York Times

7 de noviembre de 2024

 

El Kremlin intentó y fracasó durante cuatro años convertir la retórica amistosa del presidente Donald Trump en una política amistosa.  Ahora tiene una segunda oportunidad.

 

En el periodo previo a las elecciones del martes en EE. UU., los funcionarios rusos dijeron que les importaba poco el resultado. La política estadounidense hacia Rusia solo se había endurecido durante los cuatro años de mandato de Trump, argumentaban, citando las sanciones y su entrega de armas a Ucrania.

 

Pero tras la victoria de Trump, los ánimos empezaron a cambiar. Algunas personas cercanas al Kremlin trataron de allanar el camino para un acercamiento a Washington, a pesar de lo que muchos rusos ven como una guerra subsidiaria estadounidense contra ellos en Ucrania.

 

“Trump y su equipo tienen fama de ser muy pragmáticos”, dijo el miércoles en una entrevista telefónica Kirill Dmitriev, jefe del fondo soberano ruso y estrecho aliado del presidente Vladimir Putin. El regreso de Trump a la Casa Blanca sería una oportunidad, añadió, para “ver las cosas de una manera más resolutiva que la que se hizo en gobiernos anteriores”.

 

Dimitriev declinó comentar si había enviado mensajes privados esta semana a alguien del equipo de Trump. Pero emitió una declaración pública señalando que el Kremlin veía una segunda presidencia de Trump como un cambio bienvenido, y una nueva apertura para formar un vínculo con Trump, quien a menudo ha elogiado el liderazgo autoritario de Putin y ha evitado condenar la invasión rusa de Ucrania.

 

Después de las “mentiras, incompetencia y malicia del gobierno de Biden”, dijo Dimitriev, ahora hay “nuevas oportunidades para restablecer las relaciones entre Rusia y Estados Unidos”.

 

Fue una invitación notable de Dimitriev, cuyo papel como emisario informal de Putin fue documentado en la investigación del fiscal especial estadounidense sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016. En ese momento, según descubrió Robert Mueller, Dimitriev ya estaba tratando de conectar con el círculo íntimo de Trump la mañana después de su victoria sobre Hillary Clinton.

 

La principal prioridad del Kremlin esta vez parece ser llegar a un acuerdo con sus condiciones en Ucrania. Trump ha dicho en repetidas ocasiones que podría poner fin a la guerra en un día, sin decir cómo, y un acuerdo esbozado por el vicepresidente electo JD Vance hace eco de lo que personas cercanas al Kremlin dicen que Putin quiere permitir a Rusia mantener el territorio que ha capturado y garantizar que Ucrania no se unirá a la OTAN.

 

Vladimir Pozner, un veterano periodista de la televisión estatal rusa y soviética, dijo en una entrevista desde Moscú que ninguno de sus amigos y conocidos había querido que ganara la vicepresidenta Kamala Harris. Trump, dijo, era visto como quien podría poner fin a la guerra, “probablemente a favor de Rusia”.

 

“Existe este sentimiento general de que Trump sería mejor para Rusia”, dijo. “Tal vez terminemos con esta guerra, y tal vez la relación mejore”.

 

Públicamente, el Kremlin se esforzó por mantener un tono apagado el miércoles, un contraste con las celebraciones de la victoria de Trump en 2016 —cuando hubo descorches de champán en el Parlamento— que resultaron prematuras. Aunque Trump habló favorablemente de Putin a lo largo de su presidencia, las sanciones estadounidenses contra Rusia aumentaron y su gobierno fue el primero en enviar armas antitanque a Ucrania.

 

“Si alguien puede cambiar algo, entonces esto debe ser bienvenido”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, en referencia a la promesa de Trump de detener la guerra. “Si estas son palabras durante la campaña electoral… lo hemos visto antes”. Notablemente, el Kremlin no felicitó a Trump, aunque podría ser inminente.

 

 

Ucrania, por supuesto, tendría que aceptar cualquier acuerdo que Trump intentara cerrar con Putin, aunque Estados Unidos tiene influencia como principal proveedor de armas de Ucrania. De momento, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha prometido seguir luchando y afirma que no cederá territorio; el miércoles, se convirtió en uno de los primeros líderes mundiales en felicitar por teléfono a Trump por una victoria “histórica”.

 

Pero en Moscú, algunos ya están barajando escenarios sobre cómo Trump podría llevar la guerra a un final favorable. Konstantin Remchukov, editor de un periódico moscovita cercano al Kremlin, dijo que el primer paso sería expulsar a los soldados ucranianos de la región rusa de Kursk, donde mantienen una pequeña porción de territorio.

 

Después de eso, dijo, Putin estará dispuesto a entablar conversaciones, condicionadas a que Rusia pueda conservar el territorio que ha capturado. Trump podría enviar a personas designadas por su gabinete para dejar clara su postura, incluso antes de la toma de posesión, añadió Remchukov. (Cualquier negociación en la que participen funcionarios de Trump antes de que tome posesión podría ser ilegal en virtud de la Ley Logan de 1799).

 

“Podrían decir: ‘Hagamos un alto el fuego por Navidad’”, dijo Remchukov. “Y ni siquiera es presidente todavía, pero ya está acumulando puntos, porque hay paz en todas partes, ya que es el presidente de la paz. Así creo que será”.

 

 

Durante el mandato del presidente Joe Biden, el Kremlin siguió tendiendo o manteniendo puentes con personas de la órbita de Trump. Tucker Carlson, el expresentador de Fox News que forma parte del círculo íntimo de Trump, voló a Moscú en febrero para entrevistar a Putin, convirtiéndose en la primera personalidad mediática estadounidense en sentarse con el líder ruso desde su invasión a gran escala de Ucrania.

 

Los observadores en Moscú señalan las conexiones entre Trump y Putin, quien ambos abrazan valores conservadores y “tradicionales” y alimentan imágenes como líderes duros y decisivos.

 

“Putin y Trump se entienden mucho mejor que, por ejemplo, Putin y Biden”, dijo Pozner, periodista de televisión. “Esa es una sensación que tiene mucha gente aquí”.

 

Las instituciones rusas han despenalizado la violencia doméstica, han prohibido el “movimiento global LGBTQ” por considerarlo extremista y han tratado de frenar los abortos, medidas que se hacen eco de las políticas aplicadas por los republicanos en Estados Unidos.

 

Los críticos también señalan lo que califican de vergonzosa deferencia de Trump hacia Putin en una cumbre celebrada en 2018 en Helsinki, cuando aceptó la palabra de Putin de que no había interferido en las elecciones de 2016 por encima de la evaluación de las agencias de inteligencia de EE. UU.

 

Sin embargo, incluso algunos de los oponentes más feroces de Putin dijeron que veían razones para la esperanza en la victoria de Trump. Ilya Yashin, un prominente político anti-Kremlin liberado en un intercambio de prisioneros con Occidente en agosto, dijo en una entrevista que “la primera presidencia de Trump no fue tan fácil para Putin”. Rendirse en Ucrania, dijo, “parecería una decisión extremadamente débil, y creo que Trump lo entiende muy bien”.

 

Añadió que la victoria de Trump podría hacer entender a los rusos que Estados Unidos es una democracia real, no la oligarquía controlada por un “Estado profundo” liberal que se muestra en sus televisores.

 

“Debemos estar absolutamente tranquilos”, dijo Yashin. “Así es como funciona la democracia”.

 

Autores:

Anton Troianovski es el jefe del buró en Moscú del Times. Escribe sobre Rusia, Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central. Más de Anton Troianovski

Valerie Hopkins cubre la guerra en Ucrania y la manera en que el conflicto está cambiando a Rusia, Ucrania, Europa y Estados Unidos. Está radicada en Moscú. Más de Valerie Hopkins

 

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