¿Por qué el ejército de Venezuela no echa al dictador Nicolás Maduro como el de Bolivia hizo con Evo Morales?

Por |2019-11-17T09:05:13-06:0017 noviembre, 2019|La Nueva República, OEA, Opinión, Venezuela|Sin comentarios

 

Fidel Castro y el general venezolano Vladimir Padrino Lopez

Este pasado 15 de noviembre La Nueva República reprodujo  un artículo del politólogo Fernando Mires: “Dos universos paralelos: Bolivia y Venezuela” publicado originalmente en POLIS: Política y Cultura.  En este artículo Mires plantea que los ejércitos de Bolivia y Venezuela son básicamente iguales y que ha sido la estrategia de la oposición venezolana la responsable de la diferente actuación de ambas fuerzas armadas. El representante del CID ante la Unión Europea, el profesor Francisco Condis y Troyano, expone una opinión diferente y en su artículo ¿Por qué el ejército de Venezuela no echa al dictador Nicolás Maduro como el de Bolivia hizo con Evo Morales?

 

¿Por qué el ejército de Venezuela no echa al dictador Nicolás Maduro como el de Bolivia hizo con Evo Morales?

 

A primera vista los elementos políticos en ambos países son iguales: dos dictadores que se eternizan en el poder gracias a las manipulaciones electorales, reconocidas por instituciones internacionales. Incluso, en el caso de Venezuela la empresa encargada del conteo de las máquinas de votación reconoció la manipulación, lo que les costó el contrato con el Dictador. En el caso de Bolivia fue la OEA quien demostró la superchería, lo cual hizo que el ejército dijera “basta” a más de 13 años de Evo Morales que buscaba una nueva elección. Pero,

 

¿Pero entonces por que el ejército de Venezuela calla y reprime salvajemente a la población mientras que el ejército boliviano se pone de lado del pueblo?

 

Creo que en la comparación entre ambos ejércitos se olvidan dos factores fundamentales. En primer lugar, la presencia del G-2 cubano es más que evidente dentro del aparato represivo en Venezuela (petróleo obliga) que en Bolivia cuyos recursos son menos interesantes a corto plazo para la dictadura cubana.

 

Pero sobre todo hay que tener en cuenta el factor “corrupción”. El ejército venezolano ha sido (y es) cómplice de la expoliación del petróleo venezolano durante años. Los militares venezolanos han construido fortunas inmensas (depositadas en cuentas de los grandes bancos capitalistas) ya sea en Europa o en los Estados Unidos. Justamente el bloqueo de esas cuentas (incluidas las de militares cubanos…) es el arma utilizada por Trump para golpear donde más les duele a esas “mafias de cuello blanco”: en el bolsillo!

 

Además, se sabe que el ejército venezolano ha sido (y es) cómplice de las bandas de narcotraficantes que (a través del territorio nacional) invaden el mundo occidental con sus productos y crean un manantial inextinguible de droga-dólares… De ese hecho, el ejército venezolano (gracias a la política de Hugo Chávez y Nicolas Maduro), se ha transformado en un verdadero “cartel de mafiosos” que funciona como cualquier mafia: la “omerta” que castiga toda clase de traición en su interior bajo pena de muerte. La persecución, la tortura y la muerte a miembros del ejército venezolano confirman esta hipótesis. La traición al “cartel del ejército venezolano” por parte del General Figueras (jefe del Servicio de Inteligencia, así como la del antiguo jefe (el Pollo Carvajal), así como los sobrinos de Celia Maduro en prisión en los Estados Unidos por transportar un cargamento de cocaína, la muerte bajo la tortura del Capitán Arévalo, etc. Todos estos acontecimientos comprueban que en Venezuela gobierna un cartel de la droga cuyos miembros (como en la mafia calabresa o el Cartel que dirigió “el Chapo”) se tienen unos a otros impidiendo cualquier forma de insurrección, como sucedió el 30 de abril de este año con la “operación libertad”.

 

El jefe de ese cartel no es Maduro (él no tiene la capacidad intelectual de un jefe mafioso) sino el mismo General Padrino López que se quedó tranquilo en su casa mirando una película mientras sus compinches se jugaban la vida ese 30 de abril, esperando una sublevación que nunca llegó. Ni podía llegar ya que todo fue una patraña orquestada por la astucia del G-2 cubano para descubrir los traidores al cartel dentro de las fuerzas armadas. ¡Y así fue! La actitud de Padrino López, que ni siquiera se movió de su casa durante los hechos (lo cual es asombroso para un jefe del ejército encargado de cuidar los intereses del cartel) , es una prueba más que evidente que él es el jefe.

 

En lo que respecta al ejército boliviano, los índices aparentes que se manejan muestran que Evo Morales y los cubanos (porque no quisieron o porque no pudieron) nunca involucraron al ejército en maniobras ilegales de corrupción. También es verdad que los recursos financieros de Bolivia no permiten una expoliación masiva como la de Venezuela donde se juegan billones de dólares.

 

Por Francisco Condis y Troyano.  Profesor Emérito de Economía (Universidad Católica de Lovaina Bélgica).  Ex-consejero del Ministerio de Industria en Polonia.  Miembro del Comité Ejecutivo del CID.  Representante del CID ante la Unión Europea.

Artículo de La Nueva República

CubaCID.org

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