Collin Powell aconsejó al Presidente George Bush durante la guerra de Irak: «si rompes la olla, la compraste», es decir si comienzas, la responsabilidad es tuya.
Presidente Obama, usted rompió la olla de Cuba con su decisión unilateral de ofrecer concesiones al régimen de los Castro sin recibir nada a cambio, ahora la responsabilidad es toda suya. Usted tomó la decisión de normalizar las relaciones con el gobierno de Cuba y dar pasos, que según declaraciones de la Casa Blanca, son «pasos históricos para trazar un nuevo rumbo en las relaciones EEUU con Cuba y empoderar a la sociedad civil y al pueblo cubano».
Fue una prerrogativa del poder ejecutivo; pero aun así, es su decisión total y absoluta. Usted no se acercó a los opositores en Cuba ni a la sociedad civil. No se reunió con exiliados cubanos en Estados Unidos. No pidió la opinión de los congresistas, hombres y mujeres, representantes y senadores cubanoamericanos. Ni tan siguiera discutió su acción con miembros del Congreso de su propio partido.
Usted rompió la olla y las expectativas de la población cubana son muy altas y no puede defraudarlos. Los jóvenes quieren viajar libremente dentro de su propio país y visitar países en el extranjero sin tener que jugarse la vida en balsas hechas en el patio de la casa. Quieren Internet y Skype para hablar con sus amigos y familiares; los enfermos quieren colchones y sábanas limpias en los hospitales y clínicas y medicinas para sus hijos. Las personas mayores también quieren tomar leche además de los nietos menores de siete años, tener agua corriente para su aseo y aspirina para sus achaques. Los obreros piden salarios decentes para mantener a sus familias y vivienda digna. El campesino pide tierra para laborar. Todos aspiran a sentarse ante un televisor a disfrutar de un debate presidencial de candidatos cubanos para la presidencia de Cuba.
Usted rompió la olla Sr. Presidente y usted tiene que asegurarse de arreglarla y arreglarla bien. De lo contrario su objetivo de dejar pasos históricos para la posteridad se convertirá en un capítulo vergonzoso de la historia de Estados Unidos y una vergüenza para su partido y su administración..
Fue solidario y popular que en su visita a Berlín en 1963 el presidente John Kennedy dijera: «Soy ciudadano berlinés», pero esas palabas no cambiaron la opresión a los ciudadanos del Berlín Oriental. Fueron las palabras del presidente Ronald Reagan el 12 de junio de 1987 las que cambiaron el destino de Alemania:
«Señor Gorbachov, haga caer este muro»,
Presidente Obama, si de verdad quiere dejar un legado a favor de la libertad y la democracia en Cuba y en cualquier parte donde exista la opresión, párese firme en la Plaza de la Revolución en Cuba para que el mundo entero lo escuche y diga:
«Sr. Castro, levante su embargo contra el respeto a los derechos humano y permita que este pueblo pueda desarrollar en libertad la capacidad de trabajo y la creatividad que ha demostrado en el mundo entero».
Sr. Presidente es ese embargo infame, impuesto por el régimen castrista al pueblo cubano, la única causa de la miseria material y moral que ha padecido el pueblo cubano por más de medio siglo. Es contra ese embargo que los cubanos amantes de la democracia han escrito con heroísmo y con sangre su lucha por la libertad durante los últimos 57 años.
Presidente Obama, elija entre su «deseo de una Cuba pacífica y próspera» o «Señor Castro levante ese embargo». La decisión es suya.
Marta Menor
28 de enero 2015
Revisado, Marzo 2016
Regresar al blog CubaCID
Regresar a página central CubaCid.org
Visitenos en
|
|
Desde Cuba
|
|
Ultimo Congreso
|
|
Patria Pueblo y Libertad
|
|
Huber Matos
|
|
Siguenos en:
|
Deja tu comentario