El presidente francés Francois Hollande a quienes 80% de los franceses consideran un fracaso como gobernante, ha visitado Cuba haciendo campaña contra el embargo de los Estados Unidos y promoviendo las inversiones de las empresas francesas en Cuba. Esto es una muestra más de cómo los gobernantes extranjeros usan el asunto cubano para su propio beneficio.
La popularidad del presidente francés está en el suelo en su país, sobre todo en su manejo de la economía donde tienen el rechazo del 86% de los franceses. El ha creído que viajando a Cuba y atacando el embargo estadounidense su popularidad se elevará en Francia debido a que un porcentaje de los franceses sienten cierta antipatía por los Estados Unidos.
Lo cierto es que según la última encuesta de la empresa Opinionway publicada por la agencia de noticias Reuter a mediados de abril las posibilidades actuales de reelección de Hollande son casi nulas. Durante su visita a Cuba Hollande no habló de la defensa de los derechos humanos en la Isla porque eso podía ser ofensivo para la dictadura de los Castro. Hollande ha ido a Cuba acompañado de los representantes de algunas empresas francesas para también ver cómo se aprovechan de la desesperación del régimen castrista que necesita del capitalismo para sobrevivir.
En Francia el diputado , dijo que el encuentro de Hollande con los Castro fue «un momento más patético que histórico» con quien sigue siendo un dictador de la peor especie. Le Maire también dijo: que «lamenta la complacencia» con el viaje de Hollande: «Yo no sé qué honor puede ser encontrarse con Fidel Castro. Yo no lo habría visitado”. El diputado Hervé Morin ha lamentado la imagen que Hollande ha ofrecido de Francia, «patria de los derechos del hombre», al ir a encajar la mano de un «dictador».
Por Rolando Pupo Carralero
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